América Latina y Asia-Pacífico
100 LEE TSAO YUAN comercial multilateral. Sin embargo, es muy factible pensar que APEC podría perder potencia y disminuir su velocidad. La nega– tiva de algunas economías miembros a desechar la tradicional mentalidad de la reciprocidad podría ser la prueba del estanca– miento de APEC del futuro. Los Líderes de APEC, que se reúnen todos los años a partir de 1993, podrían llegar a perder ihterés en la Reuniones anuales de los Líderes, debido principalmente a que la implementación implica detalles técnicos que apenas logran causar impacto o aparecer en los titulares de los diarios. Si las reuniones ministeriales se transforman en "sesiones de oratoria", podría sobrevenir un fenómeno de fatiga en APEe. Mientras que APEC y la OMC disminuyen su ritmo, el im– pulso de los acuerdos de comercio subregionales podría repuntar, a medida que los países presten atención a estas configuracio– nes más pequeñas de miembros con una misma postura. NAFTA, ANZCER y ASEAN bien podrían abocarse a la expan– sión de sus miembros y nexos, y a la profundización y amplia– ción de su propios esfuerzos tendientes a la liberalización. Por ello, en vez de una tendencia Iiberalizadora que siga abarcando todo Asia-Pacífico, como ha ocurrido en los últimos diez años, un mayor avance y una mayor extensión de la liberalización se podría practicar en algunos países. Tercero, aunque la apertura y la participación en la tenden– cia a la globalización se ha traducido en una importante ganancia neta para los países, también hay perdedores. La reducción del tamaño de las empresas o su traslado, a menudo a otros países más eficaces en función de los costos; la tradicional venta mino– rista, que ha sido reemplazada por modernos centros comercia– les; los trabajadores, en especial aquellos de más edad y con habilidades ya fuera de uso, cada vez con menos posibilidades de conseguir empleo; son algunos ejemplos del cambio social que la reestructuración económica ha puesto en peligro durante esta era de rápidos avances tecnológicos. La manera en que estas consecuencias negativas afectarán el apoyo político necesario para la liberalización depende de lo bien que los procesos de rees– tructuración económica y social sean manejados. En la medida
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