Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

OSVALDO SUNKEL políticas públicas universales por parte del Estado pueden ser considerados como los principales legados positivos de esta época. Entre estas políticas, destacan por cierto la creación de una institucionalidad poderosa y perdurable para el impulso del desarrollo productivo de largo plazo (CORFO); la creación de un conjunto de empresas públicas para la provisión de una infraestructura energética (ENDESA, ENAP) o de provisión de insumos industriales básicos (CAP), para la modernización de la agricultura (IANSA), el desarrollo del transporte aéreo nacional (LAN) y el desarrollo de las telecomunicaciones (ENTEL), entre otras. Junto con el desarrollo de una institucionalidad estatal poderosa, esta época se caracterizó también por el impulso dado por el Estado a políticas sociales universales en los ámbitos de la salud, vivienda, educación y previsión social. La sociedad chilena también sufre en este período importantes cambios. El ma– yor acceso a la educación por parte de las capas medias, permitió mayores niveles de movilidad social. En torno al desarrollo de las empresas públicas se formó una clase empresarial y profesional pública de alto nivel. Junto con ello, se fortalecen las organizaciones obreras y los partidos populares de izquierda. Si el desarrollo de la industria y las políticas sociales del Estado permitieron el desarrollo y crecimiento de los sectores medios urbanos, en el sector rural la refor– ma agraria y la sindicalización campesina serían el motor de grandes transforma– ciones estructurales, tanto económicas como sociales. A pesar de lo enormes logros de dicho período, también hay que destacar algu– nos legados negativos. A mi juicio, la persistente inestabilidad macroeconómica, con la sucesión de brotes inflacionarios y programas de estabilización y el estrangu– lamiento externo provocado por la falta de desarrollo exportador fueron los mayo– res legados negativos de un etapa que se caracterizó por una profunda transforma– ción y modernización industrial y social del país. Unidad Popular (1970 a 1973) La irrupción de la Unidad Popular y su posterior y dramático colapso no puede entenderse sino en el contexto del desarrollo mismo del modelo Estadocéntrico y en particular, en el ascenso de las clases obreras y campesinas y el desarrollo de la intelectualidad a nivel de las clases medias, producto de las grandes transformacio– nes en lo económico y social de los años 50 y 60. Al gobierno de Salvador Allende le correspondió enfrentar un período de agu– das contradicciones sociales y de radicalización política tanto de la izquierda como de la derecha y tanto a nivel nacional como internacional que, además de un grave desorden social, implicó un desorden productivo importante, en el contexto del agotamiento nacional e internacional del modelo Estadocéntrico. A pesar de la grave crisis institucional que vivió el país en esos tres años, se pueden señalar algunos logros importantes del período, tales como la nacionaliza– ción de la gran minería del cobre y la profundización de la reforma agraria, que permitió el fin del latifundio, y por ende, generar las condiciones para el aumento de la productividad y el uso de la tierra. Entre los legados negativos están los pro– fundos desequilibrios macroeconómicos, la inflación descontrolada y la desorgani– zación productiva. 94

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