Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

PRESENTACIÓN LA EMBAJADA DE BRASIL TUVO EL AGRADO de organizar, en conjunto con la UNESCO, la CEPAL, FLACSO, y el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile, así como con el auspicio de la Fundación Ford, el Seminario «Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina». El seminario tuvo lugar en la sede de la CEPAL y contó con la presencia de intelectuales brasileños de prestigio, que retomaron e! diálogo con colegas chilenos. Deseo agradecer en primer lugar a las instituciones que trabajaron en e! proyec– to. Fue una asociación muy provechosa. El sentido de! seminario fue construido a partir de un diálogo abierto y franco, que permitió definir focos daros de discusión. Subrayo la participación siempre creativa de Manuel Antonio Garretón y Carlos Huneeus, que con sabiduría y sentido común hicieron una gran contribución al formato final de los trabajos. El apoyo y el entusiasmo de Ana Luiza Machado, Directora de la Oficina de la UNESCO en Santiago, también fueron fundamentales para la consecución del proyecto. Asimismo, fueron indispensables los aportes de Alicia Bárcena, Jeannette Irigoin, Claudio Fuentes, Gerardo Mendoza, Hugo Guzmán, David Álvarez y Rose Cave. También menciono la colaboración, por par– te de la Embajada, de la Consejera Maria Luisa Escorel y del Secretario Eduardo Can<;ado Oliveira, y por parte de la UNESCO, de Ana María Corvalán, cuya dedica– ción fue esencial para el éxito de la iniciativa. Y, ciertamente, agradezco a los parti– cipantes chilenos y brasileños que presentaron, todos ellos, exposiciones de primerísima calidad. ¿Por qué el seminario? Desde que llegué a Santiago, a principios del 2003, una de mis preocupaciones fue tratar de estimular los contactos entre los mundos uni– versitarios de Brasil y Chile. Noté que se había diluido la intimidad académica que existió en los años 60, época en que muchos brasileños en el exilio fueron acogidos por instituciones chilenas e internacionales con sede en Santiago, y que junto con sus colegas desarrollaron aquí un diálogo sobre sus percepciones y su análisis de lo que era América Latina, y de sus modos de integración al sistema internacional. Ahora, cuando es otra la realidad internacional, las instituciones del proceso de integración son más fuertes y más consistentes que las que existían en los años 60, pero tal vez las posibilidades de «pensar juntos» el destino de nuestros países y de nuestro continente no hayan encontrado el apoyo suficiente. Hay un desfase entre los tiempos de la integración en el plano de la economía y de las instituciones guber– namentales y el de la reflexión sobre lo que somos como naciones y como región. Es evidente que la cooperación entre Universidades continúa y es fértil en varios campos. Pero, en Chile, aún se estudia poco la realidad brasileña y, en el área de las ciencias sociales, la investigación es muy limitada. Y lo mismo vale para Brasil. La integración, para ser completa, debe propiciar formas de reflexión conjunta de 9

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