Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
OSVALDO SUNKEL elevar el nivel de vida de la población, por medio de la utilización de Jos recursos naturales del país, la reducción de los costos de producción, y el mejoramiento de la balanza internacional de pagos; tornando en cuenta, en la preparación del plan, que se conserve un adecuado equilibrio entre el desarrollo de la minería, de la agricultu– ra, de la industria y del comercio; y tratando de satisfacer las necesidades de las diversas regiones del país». La creación de la CORFO y el nacimiento de la planificación en Chile se encuen– tran estrechamente relacionados con dos acontecimientos significativos. El primero fue el devastador terremoto ocurrido en enero de 1939; el segundo, el terremoto político de noviembre de 1938, que llevó al poder, por primera vez, una coalición de partidos de centro izquierda -el Frente Popular- en cuyo ideario jugaban un papel fundamental la industrialización, la modernización de la agricultura y las poJíticas sociales. La crisis económica externa y la reorganización de las estructuras del poder político interno fueron claves en este radical giro de la política económica. El terremoto que devastó totalmente las regiones central y sur del país, donde se concentran la mayor parte de la población y de las actividades económicas, creó una situación de emergencia nacional de magnitud sin precedentes. Esta situación tenía que ser encarada por un gobierno nuevo, que. no solo carecía de toda expe– riencia administrativa, sino que, dado el liberalismo tradicional que caracterizaba el aparato administrativo chileno, era también impotente desde un punto de vista institucional. No existían los medios instrumentales necesarios para proporcionar ayuda y reconstruir las regiones devastadas. El gobierno incluso se encontraba en situación precaria para obtener los fondos necesarios para este propósito, dado el débil y limitado sistema de impuestos existente. El positivo e importante papel desempeñado por la CORFO en el desarrollo de la planificación en Chile, así corno sus limitaciones, solo puede comprenderse a la luz de la conmoción política que significó el acceso al poder del Fre1tte Popular en 1938. A su vez, este evento político, no es sino una consecuencia de cambios pro– fundos en la economía y la sociedad, derivados del proceso de transformación es– tructural que se había iniciado varias décadas antes, y estimulado fuertemente por las consecuencias que tuvo en Chile la Gran Depresión mundial. Hasta 1930, la dinámica de la vida económica de Chile se basaba casi totalmen– te en la minería, que producía aproximadamente la tercera parte del ingreso nacio– nal. Durante las últimas décadas del siglo XIX se incorporaron a la economía del país los ricos yacimientos salitreros de las provincias del norte y poco antes de la Primera Guerra Mundial se desarrolló también una moderna y poderosa minería cuprífera. El sector exportador primario trajo a la economía chilena la tecnología moderna y las formas de organización empresarial que por entonces predominaban en Europa y Estados Unidos, afectando profunda y sustancialmente algunos secto– res de la estructura socioeconómica del país, particularmente en las zonas urbanas y mineras. No obstante, el proceso apenas afectó al resto de las estructuras produc– tivas y sociales, que continuaron operando sobre la base de métodos tradicionales, con grandes excedentes de mano de obra, baja productividad y formas primitivas de organización, particularmente en las zonas rurales. Con la expansión del comercio exterior, el Estado obtuvo sustanciales ingresos adicionales de esta importante fuente de recursos, que se invirtieron en la amplia- 7°
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