Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
RICARDO BIELSHOWSKY y CARLOS MUSSI urbana marginada garantizaba salarios bajos y elevada rentabilidad a las empresas capitalistas del país 25 • Ya en el plano de la relación con el capital extranjero, cuya abundante participa– ción en la industria brasileña desde mediados de 1950 debilitó la vieja visión de que el imperialismo era antagónico a la industrialización local, los trabajos más impor– tantes son los que se sitúan en el área de la llamada teoría de la dependencia, en dos versiones: la del «capitalismo asociado» (Fernando Henrique Cardoso y Enzo FaJetto y la de la «super explotación imperialista», de André Gonder-Franck, Theotonio dos Santos y Rui Mauro Marini. Los orígenes de la interpretación de la dependencia pueden remontarse a los trabajos de CEPAL desde los años 50 sobre las relaciones entre el centro y la perife– ria, especialmente los ensayos de Furtado (1961) en que señala que el subdesarrollo es una de las líneas bistóricas del capitalismo industrial céntrico a nivel global, que se logra mediante la acción de empresas multinacionales en estructuras arcaicas, formando «economías híbridas» y profundamente «heterogéneas». En la misma CEPAL, en Santiago de Chile, Fernando Henrique Cardoso proseguiría con su re– flexión anterior 26 , en oposición a la idea de existencia de una burguesía nacional en conflicto con el capital extranjero en Brasil, y se uniría a Enzo Faletto para redactar el clásico: Dependencia y desarrollo en América Latina {1967 (1970}. El trabajo innova en el terreno metodológico al argumentar que los procesos históricos de los países de América Latina solo pueden entenderse correctamente cuando se analizan bajo el prisma del comportamiento de las clases sociales y de las estructuras de poder en su doble determinación, es decir, en su movimiento interno y en las relaciones que se establecen en esas estructuras y el poder económico y político de los países centra– les, con los cuales cada país de la periferia se relaciona de forma más estrecha. Más concretamente, el trabajo evalúa que en la década de 1960, en América Latina, ya estaba plenamente establecida una alianza entre la burguesía local, las empresas multinacionales y las burocracias civiles y militares (p. 122-125)27. La interpretación políticamente más a la izquierda sobre la dependencia parte de las ideas del trotskista europeo André Gonder-Franck (1966), que visitó Brasil y Chile a mediados de los 60 y difundió el argumento de que en América Latina el capitalismo y el imperialismo son históricamente las causas básicas del subdesarro– llo, y que la industrialización correspondió tan solo a una nueva modalidad de explotación secular a que estaba sometida la clase trabajadora en la región. El sistema capitalista mundial funciona basado en la formación y explotación de un conjunto de satélites y subsatélites, que se reproducen dentro de cada país y forman subsistemas de explotación relacionados con el sistema mundial. Rui Mauro Marini (1969) interpreta el cuadro como de superexplotación, con sueldos y condiciones 25 El principal blanco analítico era la perspectiva cepalina en general, entendida por el autor como dualista y, en particular, la obra de Celso Furtado -a quien dígase de paso Chico de Oliveira siempre brindó homenaje por su importancia como intelectual y hombre público-. 26 Nos referimos al texto Empresario industrial)' desarrollo eco/1ómico, de 1964. 27 Es interesante señalar que en un texto de 1963, enriquecido en 1968, Bresser Pereira llama la atención hacia "hechos nuevos» ocurridos a partir de los años 50, entre ellos la entrada en masa de empresas multinacionales asociadas indirectamente con capitales locales que esta– rían rechazando la tesis de la etapa nacional burguesa.
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