Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
RICARDO BIELSHOWSKY y CARLOS MUSSI públicamente la intervención de Campos y Simonsen en los gobiernos del período solidarizaba con las demás autoridades económicas en torno a prácticamente todas las políticas adoptadas desde el ¡ncio del régimen militar, sin grandes excepciones. La polarización deseada -y puesta en práctica- era otra. Ambos autores, Cam– pos y Simonsen, serían identificados, junto con Delfim Netto, como los principales adversarios en las áreas analítica e ideológica de los economistas de oposición al régimen militar. El enfrentamiento entre los dos campos ideológicos era abierto y, a veces, los ataques de ambos lados incluían generalizaciones irónicas y caricaturescas, en perjuicio de la precisión analítica y factual. Entre las expresiones recurrentemente empleadas por Campos y Simonsen para atacar a sus adversarios, cabe señalar la idea de que los estructuralistas serían «irres– ponsables» en lo que se refiere a la lucha contra la inflación, que los economistas de oposición tendían a practicar un «nacionalismo estéril» por insistir en la oposición al capital extranjero y en la exportación de productos minerales, y que defendían un "distributivismo populista», en desmedro del "productivismo» que se requería y del aumento del ahorro y de la inversión, incompatibles con una redistribución apre– surada del ingreso. Y agregaban -aludiendo implícitamente a una tesis de Celso Furtado, publicada en 1965, que tuvo alguna repercusión entre los oposicionistas– que ese redistributivismo habría llevado a la interpretación estructuralista de que la economía estaría condenada al estancamiento en ausencia de una modificación en la distribución del ingreso, por falta de mercado interno y de consumo de masas, algo que, a juicio de ambos, los hechos estarían demostrando que era totalmente errado. De acuerdo con Simonsen, la concentración del ingreso como fórmula de creci– miento sería una situación «natural» en fases como la que estaba viviendo Brasil: ,da transición de una fase de estancamiento o semiestancamiento hacia una de cre– cimiento acelerado suele exigir sacrificios que naturalmente involucren cierto au– mento de la concentración de ingresos, o en las manos de determinados individuos, o en poder de] Estado» (1972, p. 59). Agrega que en esas fases se debe transferir recursos de los más propensos a consumir a los más propensos a ahorrar, y es necesario que el mercado establezca un premio para los que más se destacan en términos de capacidad técnica y empresarial. Afirma también que, aunque de for– ma desigual, en Brasil la <'torta» estaría creciendo hacia todos los estratos de la población. El autor reconoce que la concentración era excesiva y argumenta que el reconocimiento de ello por el gobierno lo llevaba a adoptar una serie de medidas adecuadas, como la política educacional y la introducción de fuentes de ingreso individual, como el FGTS y el PIS, que funcionan como mecanismo de ahorro forza– do para la acumulación patrimonial. 3.3. Los CRÍTICOS LA PRODUCCIÓN DE LOS ECONOMISTAS DE OPOSICIÓN a la política económica de los gobiernos militares y a los rumbos que tomaba el sistema socioeconómÍco bra– sileño fue intensa. El golpe militar interrumpió la trayectoria política de muchos los libros Brasíl2001 y Brasil 2002 señaló como error del PED un precoz redístríbutívísmo, de orientación estructuralista.
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