Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

RICARDO BIELSHOWSKY y CARLOS MUSSI El PND 1es el primer Plan que asume plenamente el proyecto de expansión ace– lerada. Enuncia como objetivos posicionar a Brasil en el espacio de una generación en la categoría de nación desarrollada, duplicar en diez años el ingreso per cápita mediante la promoción del incremento del PIB <'estable en el orden de 9% al año, y expansión industrial sobre del 10% » (p. 13). Detalla la expansión deseada del «nú– cleo de expansión básica» (energía, transportes, comunicación, siderurgia, y mate– rias primas industriales básicas) en que la responsabilidad de la inversión recae principalmente en la empresa gubernamental, y describe el «modelo económico de mercado», como aquel en que se destaca "la influencia creciente del gobierno en la gestión del sistema económico, con expansión de sus inversiones y de la capacidad de reglamentar» (p. 17). El PND n representa una continuación del PND 1 en lo que se refiere a la coor– dinación estatal del proceso de inversión y crecimiento acelerados. Una importante innovación sería la reacción frente a la restricción energética provocada por la crisis del petróleo, que alteró la composición de las inversiones en infraestructura, con menos carreteras y más energía, y en la restricción de divisas, mediante el énfasis en el fortalecimiento de los bienes intermedios y de capital en lugar de los bienes de consumo. Incluso habría figurado en la historia económica brasileña como complemento natural del PND 1, de no ser por las circunstancias excepcionales en que fue adoptado, de crisis mundial con efectos desestabilizadores en la macroeconomía brasileña. En estas circunstancias, el PND Il se destaca por la osa– día de la apuesta desarrollista en condiciones adversas. Entre los cinco principales ministros del área económica de los gobiernos milita– res -Bulhoes, Delfim, Reís Velloso, Campos y Simonsen- solo los dos últimos reali– zaron análisis sistemáticos sobre la economía brasileña en el período 1964-1980. Publicaron nada menos que seis libros en defensa de la política económica guberna– mental, uno Campos, tres Simonsen, y dos ambos en conjunto, que reúnen artículos individuales 22 • Leídos en su conjunto, los libros contienen una defensa pormenorizada de la política económica de los primeros gobiernos militares y del «modelo» de desarro– llo adoptado: expansión rápida de la economía impulsada por inversiones en la industria y la infraestructura, orientada por el Estado y fortalecida por las empre– sas estatales y por el capital extranjero. El régimen autoritario garantizaría un cli– ma de seguridad e incentivos a los inversionistas, proporcionándoles estabilidad política y una política salarial moderada, además de una política antiinflacionaria gradualista y de incentivos fiscales y financieros. Son obras de ideólogos del desarrollo de los gobiernos militares que se ocuparon del área económica. En el caso de Campos, la función fue asumida especialmente en los primeros años del régimen H • Su dedicación sería integral, como se deduce del 22 Campos (1968), Símonsen (1968, 1972, 1973), Campos y Simonsen (1974 y 1975). 23 La mayoría de sus artículos posteriores, escritos en colaboración con Simonsen (1974 y 1975), tratan sobre asuntos internacionales. A esas alturas, la defensa de la ideología desarrollista de los gobiernos militares ya había sido asumida por Simonsen. A pesar de ello, al publicar en conjunto con Simonsen, Campos estaba evidentemente haciendo referencia a las posturas de su colega más joven. 34

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