Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
EL PENSAMIENTO DESARROLLlSTA EN BRASIL ción integral, mediante planificación e intensa intervención del Estado, directa e indirecta. Dos conjuntos de textos lo confirman: los seis planes de gobierno (PAEG, Decenal, PED, Metas y Bases, PND 1Y PND 11), Yvarios libros de Roberto Campos y Mario Henrique Simonsen, escritos entre 1965 y 1975. El PAEG es un plan de estabilización monetaria gradual elaborado por Bulhoes y Campos, con el asesoramiento de Bulhoes Pereira y Simonsen, orientado a conciliar la reducción de la inflación con la recuperación del crecimiento. Era una profesión de fe en la planificación -de la cual muchos años más tarde Campos se arrepenti– ría- y representaba una primera declaración de principios económicos del nuevo régimen, introduciendo algunos elementos de la nueva estrategia desarrollista. In– cluía una primera discusión sobre reformas en varios ámbitos, que se sucederían rápidamente en los tres años siguientes, con innovaciones institucionales en los rubros monetario, fiscal, financiero, administrativo, y en el trato al capital extranjero. La perspectiva desarrollista de largo plazo fue introducida por el Plan Decenal, coordinado por Roberto Campos y Reís Velloso. El Plan combinaba proyecciones y políticas macroeconómicas con planificación sectorial. Para el desarrollo industrial contemplaba la promoción de las exportaciones, la substitución de importaciones, la «expansión del mercado interno» y la promoción de inversiones gubernamenta– les en infraestructura, que se consideraba realizadoras de economías externas y de «encadenamientos intersectoriales» con los sectores productores de bienes de capi– tal y de bienes intermedios. El Programa Estratégico de Desarrollo, PED, define como estrategia la acelera– ción y sustentación del desarrollo económico mediante la consolidación de las in– dustrias básicas, la reorganización de las industrias tradicionales, el fortalecimien– to de la infraestructura económica y social, el aumento de la productividad agrícola y la modernización del sistema de abastecimiento de 1967. Define la mecánica del proceso -bloques de sectores inversionistas prioritarios que forman un sistema de realimentación permanente, que incluye el aumento de la inversión pública- y las líneas de acción prioritarias. La comparación del documento con los dos anteriores permite observar algunas diferencias entre ellos. Da la impresión de que responde a críticas sobre las dificultades económicas de los años anteriores, como la conten– ción salarial, la limitación del crédito, la eliminación de empresas nacionales y la existencia de capacidad ociosa. Muestra mayor preocupación por proteger a la industria y a las empresas nacionales, considera que no hay escasez de ahorro para generar las inversiones necesarias para el crecimiento -dispensando el aporte de financiamiento externo- y defiende la formación de un mercado de consumo masivo dirigido a industrias tradicionales. A pesar de ello, es un documento cuyos elementos de continuidad con los anteriores son más fuertes que los de ruptura, en lo que se refiere al tema central del estímulo estatal a la aceleración de las inversiones. El plan siguiente es el de «Metas y bases para acción del gobierno», más reticen– te a formular críticas como las enfrentadas años antes por el gobierno militar, lo que se comprueba, por ejemplo, cuando recomienda evitar «excesos redistributivistas que sacrifiquen la aceleración de la tasa de crecimiento nacional» (p. 6). El docu– mento perfila la agenda de inversiones dirigidas a la agricultura, a la infraestructu– ra y al « desarrollo de los rubros industriales prioritarios» e introduce énfasis en la formación de una base científica y tecnológica nacional. H
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