Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

PROMESAS y DESAFíos DE LA EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS SOCIALES 1.200 1.000 800 600 400 200 (Miles de pesos de noviembre de 2003) o 1 2 3 4 5_6 7 8 9 1011121314 15 16 17 18~l ANOS DE ESCOLARIDAD Fuente: División Social, MIDEPLAN, a partir de encuesta CASEN 2003 GRÁFICO 3 INGRESO DE LA OCUPACIÓN PRINCIPAL DE LOS OCUPADOS, POR AÑOS DE ESCOLARIDAD, 2003. También hay grandes diferencias en la sociedad. Esto se comprueba claramente al ver la distribución del ingreso, ya que este es producto de los activos que se poseen y del uso que se les da. Pese a las mejoras que revelan las cifras revisadas, se comprueba la mala distribución de activos como educación, que incluyen conoci– miento y aptitudes laborales; y lo mismo puede concluirse al revisar otras cifras en salud y vivienda, que incluyen agua potable y alcantarillado, acceso a combusti– bles, electricidad y telefonía, y urbanización. El capital social, que constituyó un importante activo en los procesos de redistribución de los años 60 y 70 del siglo pasado y contribuyó decisivamente al restablecimiento de la democracia, que inclu– ye también todas las redes y relaciones, ha ido perdiendo calidad y seguramente se ha concentrado en los últimos años. Sin duda, el capital productivo, que incluye bienes de capital, propiedad de la tierra, capital físico e información de oportunida– des de mercado y el poder, que constituye otro activo importante, están muy mal distribuidos. Los esfuerzos distributivos realizados en los años 60 y comienzos de los 70, fueron revertidos en los 70 y 80 por los desajustes económicos provocados por las crisis de 1975 y 1982, Y también por una política de redistribución de la riqueza que concentró la propiedad de las tierras agrícolas, como consecuencia de la rever– sión de la distribución generada por la reforma agraria, y de las industrias básicas, como consecuencia de las «privatizaciones» realizadas por la dictadura. Los mo– mentos de mayor regresión distributiva se produjeron los años de las crisis (1975 y 1982), pero también en 1987, en que se alcanza el peor índice de distribución del ingreso de nuestra historia desde que se llevan estadísticas (sobre la base de la razón 20/20 en el Gran Santiago), (Ffrench-Davis, 2004). Cabe destacar que en Chile no existen estadísticas completas de la concentra– ción de la propiedad, pero algunos antecedentes permiten ilustrar su situación. En 1990, solo dos fortunas chilenas aparecían en la lista de Forbes de las mayores del 273

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