Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
MARIA HELENA GUlMÁRAES DE CASTRO este nivel de enseñanza. En el 2003, según la encuesta PNAD, este porcentaje había aumentado a 43% de los jóvenes de este grupo de edades. En las salas de clase de la educación media cerca del 50% de los alumnos se encuentra en la edad ideal de aprendizaje, mientras que el otro 50% se compone de personas que vuelven a la escuela para completar la educación básica y mejorar su desarrollo personal y pro– fesional. La tasa de escolarización bruta en la educación media aumentó casi 50 puntos porcentuales en el mismo período de (33,3% a 87%). El Informe de Desarrollo Humano (IDH) de las Naciones Unidas de 2000 confir– ma esta tendencia (ver gráfico 2). 0,85 0,8 0,783 0,792 0,75 0,7tl 0,698 0,7 0,65 0.6 0,55 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2002 Fuente: PNUD. Informe de Desarrollo Humano GRÁFICO 2- EVOLUCiÓN DEL íNDICE DE DESARROLLO HUMANO, 1975-2000, BRASIL Brasil, que en 1975 poseía un IDH de 0,644, en el 2000 pasó a un IDH de 0,757. Este valor mantiene al país en el tramo superior del grupo de los países con desarrollo humano medio (de 0,500 a 0,800). La educación sigue siendo la dimensión en que Brasil presenta su mejor desempeño, con una marca superior al promedio latinoame– ricano y proporcionalmente más próximo a los valores de los países desarrollados. POBREZA URBANA Y LOS NUEVOS DESAFíos SIN EMBARGO, EN BRASIL UNA DE LAS MAYORES dificultades en el área social sigue siendo la persistencia de las enormes desigualdades sociales. Durante las últimas tres décadas, marcadas por cierta estabilidad de esta desigualdad, se comprueba que las personas pertenecientes al 10% más rico de la población se apropian de cerca del 50% del total de ingresos de las familias, mientras que, en el otro extre– mo, el 50% más pobre percibe poco más del 10% de los ingresos (IETS, 2003). La enorme desigualdad, que concentra la riqueza nacional en manos de pocos,
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