Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
POLíTICA SOCIAL EN BRASIL: CONTINUIDADES Y CAMBIOS En el campo de la educación también hubo un considerable aumento de los derechos sociales y, por lo tanto, del deber del Estado respecto de la enseñanza. Se reafirma el derecho a la enseñanza básica, sin 'prescribir' cuándo se sobrepasa un grupo de edad específico. Rumbo a su universalización, la Constitución, en sus disposiciones transitorias, prevé la destinación del 50% de los recursos públicos relativos al área a la educación básica (incluidos la educación infantil, básica y media), así como a la erradicación del analfabetismo, en diez años. Sin embargo, por mucho que esta agenda le dio un papel central al tema social, la verdad es que su procesamiento fue parcial y modesto, probablemente en función de los movimientos y señales contrarias emanados tanto de las restricciones económicas como de las distorsiones corporativas de los intereses organizados (Draibe, 1998). RECIENTES REFORMAS DE LOS PROGRAMAS SOCIALES BRASILEÑOS (1990-2005) UNA NUEVA AGENDA, DE MEDIADOS DE LOS AÑOS 90, redefine los términos de la reforma de las políticas sociales anunciadas en la década anterior, en el contexto más amplio del ajuste económico, de la complementación de reformas institucionales y de la consolidación de la democracia. Más que por la introducción de algunos cambios, la etapa se caracteriza por la tensa conciliación de los objetivos macroeconómicos de estabilización con metas de reformas sociales destinadas a la mejora, la eficacia y la equidad de los servicios. Entre las principales modificacio– nes de gestión y orientación de las políticas, en el nuevo perfil que se consolida es posible distinguir los aspectos siguientes: • Nueva institucionalidad participativa de la política social, • Modificación de los parámetros de gasto de los programas universales y re– fuerzo del papel redistributivo del gasto social federal respecto de desigualda– des regionales y locales, • Descentralización de los programas y de la ejecución del gasto, • Introducción de criterios técnicos en la asignación de recursos, • Mejora de los patrones de calidad de las redes públicas de servicios sociales. Según Draibe (2003), los dos ciclos de reforma se relacionan, y no se puede explicar el segundo sin tener en cuenta el primero. Continuidades y rupturas, contrarreformas, reforma de la reforma -estos son algunos de los conceptos que nos permiten entender las relaciones entre ambos-o Anunciadas en la Estrategia de 1996 como directrices de la reestructuración de los servicios sociales universales, la descentralización, la implantación de la prácti– ca de evaluación y democratización de la información efectivamente orientan los cambios más significativos aplicados al área social. La descentralización adoptó formas variadas y abarcó medidas tales como eli– minación de los organismos federales centralizados; aceleración de la municipaliza– ción; transferencias de recursos a fondos estaduales y municipales y, una de las novedades, a las propias unidades responsables de la actividad final. La generación de información y la práctica de evaluación también constituyen 257
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