Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

EL DESARROLLO DE LA DEMOCRACIA EN CHILE: LOGROS y LIMITACIONES DE UN PRESIDENCIALISMO CONSOCIATIVO .Carlos Huneeus RECORDANDO LOS ESFUERZOS HECHOS EN EL pasado por economistas, sociólogos y políticos de Brasil y Chile, la invitación de la embajada del Brasil a participar en un seminario para debatir sobre los problemas del subdesarrollo en ambos países y sus soluciones, en una perspectiva latinoamericana, es importante y oportuna. Después del golpe militar de marzo de 1964, políticos e intelectuales brasileños dirigieron sus ojos con simpatía y admiración hacia Chile l . Su régimen democrático y el pluralismo cultural y político existente en ese tiempo, ofrecían las mejores condiciones para iniciar una nueva vida a quienes optaron por el exilio y por prepa– rarse para regresar al Brasil cuando las condiciones políticas lo permitieran. Para muchos, venir a Chile fue una opción más atractiva que marcharse a los Estados Unidos o a Europa. En 1964 Chile era una excepción en América Latina por su sistema político democrático, con partidos establecidos, sindicatos organizados, una respetable tra– dición académica de sus universidades, todo lo cual había atraído a renombrados cientistas sociales que trabajaban en los organismos internacionales, especialmente en la CEPAL. Allí estudiaban los problemas latinoamericanos y procuraban formu– lar políticas para superar la pobreza y disminuir las desigualdades. Llegaron en un momento muy especial de nuestra historia reciente, cuando inte– lectuales y políticos de centro e izquierda presentaron dos alternativas distintas de desarrollo y equidad con transformaciones estructurales, que se enfrentaron en las elecciones presidenciales de septiembre de ese año. Ellas fueron precedidas por un largo e intenso diálogo entre economistas, políticos y juristas que buscaron definir un diagnóstico fundamentado sobre los principales desafíos del país y se empeña– ron en encontrar las mejores soluciones. Aníbal Pinto (1957) sintetizó ese esfuerzo interdisciplinario, analizó el subdesarrollo junto al proceso político y formuló su visión crítica del subdesarrollo económico, y calificó a la evolución política de sobredesarrollo. El pensamiento de Jorge Ahumada (1957) también se ubica en ese contexto de integrar el análisis económico con los factores políticos, sociales y cul– turales. A primera vista y desde la distancia, cuesta entender que Pinto utilizaría el adje– tivo «sobredesarrollo político», porque la democracia de esos años era limitada, y Agradezco la información proporcionada por Gláucio Ary Dillon Soares, en una entrevista realizada en elluPERJ, Rio de Janeiro, 19 de abril de 2005. I95

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