Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

REFLEXIONES SOBRE LA DEMOCRATIZACIÓN POLfTICA CHILENA a estas definiciones por parciales o insuficientes, hay que reconocer que hubo metas y orientaciones y que, en términos de ellas, el gobierno avanzó. Al contrario, cabe recordar que durante el segundo gobierno de la Concertación, no obstante un muy buen desempeño económico hasta 1997 y a los importantes avances en obras públi– cas y en la reforma a la justicia y a la educación, en materia de proyectos y orienta– ciones, de metas que movilicen energías sociales y culturales, el país fue a la deriva, carente de una brújula compartida y, por lo tanto, sin conducción política. En el gobierno de Ricardo Lagos se ha recuperado el liderazgo presidencial: la meta se ha planteado en términos de ser un país desarrollado en el segundo centenario de la existencia como nación independiente. Sin embargo, pese a los enormes avances en materia de reformas sociales e inserción internacional tal meta está lejos de conseguirse, y tampoco pareciera que el conjunto de los actores sociales y políticos se encaminan con claridad en la misma dirección. Es cierto que Chile se ha destacado en el último decenio entre sus pares latinoa– mericanos como una notable economía emergente de la región. El desempeño eco– nómico ha sido impulsado principalmente por el aparato exportador y, en menor medida, por el consumo interno, habiéndose duplicado el PIB real en los últimos diez años mediante una vigorosa expansión del ingreso promedio y del consumo. Actualmente el PIB per cápita de Chile es de casi 5.000 dólares anuales y el PIB real per cápita (ajustado por el poder adquisitivo) es de 9.930 dólares. La esperanza de vida es de 75,1 años, el nivel de alfabetización de 95,2%, y el índice de Desarrollo Humano (IDH) es uno de los más altos de la región, y en 1998 alcanzó el mayor nivel en América Latina. Al mismo tiempo, el país ha avanzado con fuerza en la agenda social, habiendo reducido la incidencia de la pobreza y la indigencia. La escolarización ha tenido avances importantes en la última década, con una media de escolaridad de un 9,3% a nivel nacional, lo que posibilita la generación de con– diciones para alcanzar la meta de quince años promedio para la totalidad de la población en etapa de escolarización, especialmente de los sectores rurales, cuyo promedio es de 6,3 años. En cuanto a la sustentabilidad ambiental, hay ciertos avances, particularmente en la institucionalidad y en Jos instrumentos de gestión ambiental disponibles, pero debido a que ellos tienen lugar en forma paralela a las presiones económicas sobre el medio ambiente, no se han alcanzado niveles de calidad ambiental ni de recuperación del pasivo ambiental satisfactorios para los ciudadanos. En la dimensión socioeconómica hayal menos tres grandes problemas que, de no remediarse, erosionarán no solo el dinamismo del crecimiento sino que pondrán en peligro los avances logrados y la existencia misma del país como comunidad en el plano social. El primero de ellos se refiere al ritmo, tipo y metas del desarrollo económico. Se ha planteado la meta de ser un país desarrollado en el 2010, lo que ya será imposible, tanto en función del ingreso per cápita como de una distribución «desarrollada» de los frutos del crecimiento. y es aquí, entonces, donde se plantea el problema de fondo. El modelo de creci– miento del mundo sobre la base del papel principal de las fuerzas transnacionales de mercado y de lo que se ha llamado la nueva economía, ha dejado de ser un modelo de desarrollo. Crecimiento y desarrollo ya no van de la mano y el problema estructural del empleo es la mejor ilustración al respecto, lo que exige intervencio-

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