Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
BRASIL y CHILE: LAS GRANDES TRANSFORMACIONES INACABADAS Así, pese a las grandes diferencias de formación cultural entre Brasil y los demás países de América Latina, Brasil y Chile compartimos en particular una primera singularidad: el hecho de pertenecer al pequeño grupo de países sudamericanos que hizo el tránsito de república oligárquica representativa a república representativa de voto universal, democrático, con participación de las masas en la vida política, al menor costo político en términos de violencia a las instituciones políticas legales. Otro motivo de proximidad con Chile que no tenemos con los demás países sudamericanos, es que el golpe de Estado de 1973 en Chile y el de 1964 en Brasil comparten características y antecedentes bastantes similares. Me referiré primero a Chile, en 1973. De acuerdo con las interpretaciones más aceptadas por la academia chilena en relación con el golpe de 1973, los antecedentes, desde el punto de vista de las insti– tuciones estrictamente políticas, tienen que ver con un proceso simultáneo de frag– mentación política, polarización entre posiciones extremas y parálisis gubernamen– taL Esto lo describe muy bien Arturo Valenzuela en El quiebre de la democracia en Chile. A mi juicio, esta obra está redactada de manera mucho más interesante y mucho más estudiada que la Historia electoral de Chile de Ricardo Cruz-Coke. Este diagnóstico también es aceptado por mi colega Carlos Huneeus, en su bello trabajo sobre el período de Pinochet. O sea, que el golpe del 73 fue precedido por la desagregación de las fuerzas políticas, por el surgimiento de un elevado número de instituciones para-partidarias y extraparlamentarias que establecieron una dinámi– ca de crecientes demandas que el gobierno estaba obligado, no a cumplir, pero sí a prometer aun más, por lo tanto, una competencia de promesas imposibles de cum– plir. Esto lo describe muy bien Cruz-Coke. Estamos en una democracia representativa y no oligárquica. En esta discusión surgen fenómenos muy importantes, por ejemplo, antes del gobierno de Frei Montalva se produjo una decadencia de las agrupaciones de la fuerza electoral de los partidos de derecha que, después de él, reconquistaron creciente fuerza. Esta fuerza costó la caída del poder parlamentario y partidario del centro político chile– no al Parlamento. Esto está documentado, y resulta evidente, con la creciente radicalización de la derecha, cada vez más poderosa -y la radicalización de la izquierda en el Parlamen– to- para poder competir con las fuerzas de la izquierda desde afuera del Parlamen– to. Movimientos que se presentaban como radicalmente revolucionarios y que pro– ponían al Gobierno acciones absolutamente impensables, en un contexto legal cons– titucional. Gran parte de la responsabilidad de este poco feliz desenlace obedece a la frag– mentación del sistema partidista parlamentario. En realidad, entre el inicio del Gobierno de Frei Montalva y las primeras elecciones anteriores al gobierno de Sal– vador Allende, la fragmentación creció a una tasa superior a la del gobierno de este último proceso. El mismo proceso de fragmentación, polarización y parálisis guber– namental se produjo en Brasil en 1964. La similitud de los antecedentes del Golpe de Estado de ese año es un hecho establecido. Sin embargo, a partir de ahí comienzan algunas de las diferencias: en su excelen– te análisis del régimen de Pinochet, Carlos Huneeus revela en qué medida en el período de la dictadura militar en Chile, al igual que durante el régimen militar
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