Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas
DEBATE DEL ÁMBITO CULTURAL DIO COMIENZO AL DEBATE LA MODERADORA, señora Ana Luiza Machado, Directo– ra de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe (OREALC). Destacó que a raíz de lo dicho acerca de que «cultura es todo lo que se construye» se había generado un amplio intercambio de percepciones que llevaba a reflexionar sobre el tema. Refiriéndose a lo dicho en cuanto a que la posmodernidad había traído consigo la muerte de la identidad, una participante sostuvo que, en realidad, había surgido una identidad nueva. La identidad podía parecer difusa, pero no estaba muerta y podía resurgir. Era preciso distinguir entre cultura política y política cultural. Esta última podía mover los mecanismos del Estado, pero no identificaba ni hacía parti– cipar al hombre común. En vez de preguntarse qué es cultura más bien habría que indagar para qué sirve y de qué manera se logran sus objetivos. Al igual que las identidades, la cultura debía concebirse como un tránsito. Varios participantes mencionaron el tema de las utopías y señalaron que en cierto modo las grandes narrativas se habían superado y terminaban en una realización utópica dirigida por un agente sociaL Se habló de dos cambios importantes. El prime– ro de ellos era la dispersión de los agentes sociales de las utopías, que también eran posmodernos. En el tema de los derechos humanos, por ejemplo, existían una utopía y un grupo que se preocupaba de protegerlos. Si se comparaba la situación actual con el ideal que se deseaba alcanzar, el camino por seguir tenía un componente utópico. Sin embargo, era preciso tener presente que los agentes sociales de las utopías estaban fragmentados, puesto que a quienes interesaba una utopía no necesariamente les interesaba otra yeso guardaba relación con los procesos de cambios sociales. Esa fragmentación de las utopías servía de base para el diálogo. Refiriéndose a las diferencias entre Brasil y Chile como países, un participante dijo que pese a una historia aparentemente común, ambos estaban formados por distintas culturas y tenían patrones históricos diferentes. En Brasil, un elemento clave era que al independizarse no constituyó una república sino un imperio esclavista. Ese factor de la cultura había sido extraordinariamente importante. Otro elemento im– portante fue la inmigración que, al igual que en Argentina, influyó mucho en la for– mación de la identidad cultural. América Latina era la región que irrumpiría con mayor fuerza en el mundo, pero en la formación de la identidad latinoamericana era necesario tener presente que en realidad somos países muy diferentes. En cuanto a la creación de esta identidad latinoamericana, un participante dijo que no creía en ella, por mucho que reconocía que tal vez ya existía y que si se concebía como una de las tantas identidades que uno tiene, ni siquiera era necesario buscarla. A juicio de un participante, no podía decirse que ya no hubiese grandes narrati– vas, porque incluso lo sostenido acerca de la posmodernidad era una gran narrati- 157
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