Brasil y Chile: una mirada hacia América Latina y sus perspectivas

NUESTRA DIVERSIDAD POR DESCUBRIR Cabe mencionar que el documento de política cultural del que nos encontramos dando cuenta establece también, en su parte de Principios, un conjunto de declara– ciones orientadoras, tales como la libertad de creación y expresión, la afirmación de la identidad y diversidad cultural de Chile, la participación democrática y autó– noma de la ciudadanía en el desarrollo cultural, el papel insustituible del Estado y los deberes que este tiene en el campo cultural, la educación para la apreciación de la cultura y la formación de un espíritu reflexivo y crítico, la preservación, conser– vación y difusión de nuestro patrimonio nacional, la igualdad en el acceso al arte, a los bienes culturales y a las nuevas tecnologías asociadas a estos, la descentraliza– ción de las políticas culturales y la búsqueda de un desarrollo cultural más equili– brado desde el punto de vista territorial, y la profundización del proceso de inser– ción de Chile en el mundo más allá de los aspectos de carácter económico. y seguidamente, en su parte más operativa, el documento en análisis fija cinco líneas estratégicas y un total de 52 a ejecutar en los próximos cinco años. Las líneas estratégicas conciernen a la creación artística y cultural; producción artística e in– dustrias culturales; participación cultural y difusión, acceso y creación de nuevas audiencias e institucionalidad cultural. Tocante ahora a medidas, me limito a seña– lar aquellas que me parecen más importantes: identificación y fomento de polos de desarrollo artístico regionales; creación de un Centro Nacional para la interpreta– ción escénica y la ejecución nacional; promoción de una nueva legislación en mate– ría de derechos de autor; desarrollo un plan nacional de fomento de la micro, pe– queña y mediana empresa cultural; adecuación de la legislación nacional en busca de una mayor eficacia en la lucha contra la piratería; fomento e integración de industrias y mercados culturales a nivel iberoamericano; promoción de mayor cali– dad de nuestra televisión; completar un programa de infraestructura cultural para el Bicentenario; fortalecimiento de iniciativas municipales de difusión artística y cultural; incorporación de la dimensión cultural en organismos del estado encarga– dos de los sectores más vulnerables de la población; creación dellnstítuto del Patri– monio; modernización de nuestra legislación en materia de monumentos naciona– les, creación de archivos regionales; creación de un Centro Nacional de Difusión y Archivo de las Artes Escénicas; creación de una Cineteca Nacional; formación de un catastro de hablantes de lenguas originarias, así como creación de academias de tales lenguas; adopción de una política nacional del libro y la lectura; contar con a lo menos una biblioteca pública en cada comuna del país; y, para todo ello, duplicar al 2010 el gasto público en cultura, en la perspectiva de alcanzar entonces un por– centaje estable del 1 % del presupuesto anual de la nación. El documento de política cultural que he procurado resumir a grandes rasgos se encuentra en <www.consejodelacultura.cl >. Por otra parte, en breve será publicado el libro El jinete en la lluvia. La cultura en el gobierno de Lagos, del que soy autor, yen el que intento dar cuenta de lo que ha sido nuestro desarrollo cultural de los últimos años. No se trata de un informe de actividades culturales públicas y priva– das, sino del relato de alguien que ha tenido el privilegio de ser un protagonista y a la par un testigo del desarrollo y cambios culturales habidos en nuestro país duran– te los años del actual gobierno. El título de ese libro está tomado del Canto General de Chile, de Pablo Neruda, en el que nuestro poeta compara el país con un jinete en la lluvia que «va más allá, más allá, más allá... », una imagen que me parece apro- 151

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