América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

93 Andino, que constituyen la base para una mayor cooperación económica, indus– trial y científico-tecnológica. -El 31 de octubre de 1994, el Consejo de la UEaprobó el primer documento estratégico de sus relaciones con América Latina que define nuevas prioridades de cooperación hacia la región. -Finalmente, el Consejo de la UE acordó el 10 de diciembre de 1994 ,<inten– sificar sus relaciones con el Mercosur, Chile y México». Un año después, el16 de diciembre de 1995, el Mercosur y la UE firmaron el Acuerdo Interregional Marco de Cooperación. Todos estos factores indican que, en los últimos cuatro años, se ha producido un cambio cualitativo hacia una relación de «beneficio mutuo» y una mayor dife– renciación en las relaciones europeo-IJtinoJmericJnos. Teniendo en cuenta sus respectivas ventajJs comparativas y sus propios intereses, la UE ha definido estra– tegias para cada subregión o países latinoamericanos: el fortalecimiento de los lazos económicos con el Mercosur, Chile y México; cooperación al desarrollo y acciones comunes contra la droga con el Grupo Andino; y lucha contra la pobre– za y apoyo institucional en AméricJ Central. Esta nueva estrategia de la UE significa para América Latina que es cada vez más difícil representar sus intereses a través de un interlocutor único, algo que precisamente la UE había solicitado durante muchos años. A pesar de que el Grupo de Río sigue siendo el principal foro ele concertación política regional con Europa, las conferencias interministeriales se convierten cada vez más en una oportunidad para intercambiar percepciones sobre temas globales; mientras que el diálogo sobre cuestiones regionales tiene lugar con el Mercosur, el Pacto Andi– no, América Central o determinados países. Esto indica que el diálogo birregional ya no es un instrumento para dar una respuesta a la creciente diferenciación en las rcIaciones europeo-latinoamericanas, sino que se están creando cada año más niveles y foros para responder a las cambiantes realidades birregionales. Las nuevas tendencias en las relaciones birregionales son en gran parte la consecuencia de las transformaciones a nivel mundial, especialmente de la for– mación de bloques económicos y la creciente competencia entre ellos. La incer– tidumbre sobre el futuro sistema internacional que se está definiendo, así como las necesidades de los Estados y subregiolles de mejorar sus ventajas comparati– vas y sectoriales en los mercados internacionales, requieren la formación de nue– vas y variables alianzas estratégicas entre ellos. Asimismo, la velocidad de los

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