América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

86 nuevos Estados miembros del Norte, que serán contribuyentes netos al presu– puesto comunitario y -sobre todo Suecia- que mantienen un amplio programa de cooperación con América Central y los países andinos. A diferencia de Europa, Estados Unidos y Japón han reducido considerable– mente sus fondos de cooperación para América Latina. Ello se explica, en gran parte, por el hecho de que la cooperación de ambos países ha estado muy vincu– lada a factores políticos en el contexto de la guerra fría, mientras que la UE ha seguido criterios distintos para conceder ayuda. En el nuevo contexto internacional, todo indica que Europa consolidará su posi– ción como principal donante de ayuda a América Latina 19. El mantenimiento de sus compromisos es sobre todo una respuesta a su renovado interés por la estabilidad política y económica en América Latina y su potencial de desarrollo. la diversificación de los instrumentos de cooperación Sin embargo, tanto las prioridades regionales como los temas de la agenda de cooperación cambiaron. Si antes hubo un cierto predominio de asuntos políticos -programas para refugiados, pacificación, democratización y derechos humanos-, en los últimos tres años ha surgido una serie de nuevos temas de interés común. La integración, la lucha contra el consumo y tráfico de drogas, la protección del medio ambiente, la cooperación científica y tecnológica o la formación de recur– sos humanos, han adquirido más protagonismo en las relaciones birregionales. Al mismo tiempo, se reforzó la cooperación en los temas tradicionales como la lu– cha contra la pobreza o el desarrollo social. Todo ello se refleja en el reglamento de ayuda financiera y técnica para los países en vías de desarrollo de América Latina y Asia, del 25 de febrero de 1992 2 °, que define los lineamientos de cooperación hasta finales de 1995. A diferencia de años anteriores, la UE y sus Estados miembros canalizan su ayuda cada vez más a través de ONG europeas y latinoamericanas, que asumen un papel clave en la cooperación birregional. En general, se percibe una tendencia hacia la descentralización de la ayuda y el involucramiento de múltiples actores -empresarios, universidades, asociacio– nes profesionales, etcétera- en la formulación y gestión de los proyectos, en detri– mento del papel de los actores gubernamentales. Por su creciente importancia en ambas regiones 2 1, promover la integración se ha convertido en una prioridad de la cooperación birregional. Un 40 por ciento

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