América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

85 ca Latina y Europa abrió también nuevos horizontes en las relaciones entre las dos regiones. Quizás por primera vez, Europa y América Lati na comparten los mismos valores y conceptos: integración y apertura de mercados en el ámbito económico; democracia, derechos humanos y cooperación regional a nivel polí– tico. Esto ha abierto nuevas perspectivas de cooperación y tiende a superar la tradicional asimetría en las relaciones. Así, la región tiene ahora un elevado poder de negociación, debido al renova– do interés de Estados Unidos en ella ya un mayor potencial económico en los mercados internacionales. Esto podría facilitar la coordinación birregional en te– mas globales y conducir, a largo plazo, a una comunidad de intereses en el siste– ma internacional, en aras de superar los anteriores conflictos estructurales en el marco de la tradicional división Norte-Sur. Asimismo, se han generado nuevas formas de cooperación económica con los países más avanzados de la región. El Consejo Europeo decidió, en su cumbre del 9 y 10 de diciembre de 1994 en Essen (Alemania), profundizar las relaciones de la UE con el Mercosur, Chile y México. Este compromiso abrió el camino para que estos tres socios firmen nuevos acuerdos con la UE, que incluyen la posibili– dad de crear una zona de libre comercio común con la UE. Así, el reciente acuer– do interregional firmado con el Mercosur supone una considerable innovación en las relaciones. Al mismo tiempo, los nuevos acuerdos implicarían, al menos por el momento, ventajas económicas comparativas para algunos países latinoameri– canos y beneficios para la UE, debido a un amplio superávit comercial a favor de Europa a partir de 1993. LA MODIFICACiÓN DE LOS INSTRUMENTOS Y PRIORIDADES DE COOPERACiÓN Las nuevas realidades en América Latina y Europa han repercutido positivamen– te en la cooperación birregional. A pesar de los compromisos frente a Europa del Este, la CEI y los países del Mediterráneo, la UE y sus Estados miembros no han disminuido sus flujos de cooperación hacia América Latina, sino que siguen siendo los principales donantes de la región. La UE y sus Estados miembros aportan más del 60 por ciento del total de la ayuda que recibe la región, a la que trasladaron, entre 1990 y 1994, fondos por un valor de 10.000 millones de dólares. Esta tendencia positiva se verá incluso fortalecida por la adhesión de los tres

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