América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
44 de los nuevos instrumentos que la relación interdependiente con el exterior de– mandaba, se mantuvo en buena medida hasta las elecciones presidenciales de agosto de 1994, en las cuales fi nalmente se aceptaron observadores i nternaciona– les (designados con el eufemismo de «visitantes internacionales» por el gobier– no). Si bicn esta decisión había sido anunciada por el candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio, en su discurso del aniversario del partido el 6 de mar– zo de 1994 26 , es probable que haya sido tomada por el gobierno desde 1993 29 . Uno de los factores que probablemente más pesaron para este cambio de actitud ele Salinas fueron las presiones de la administración norteamericana, para la cual era importante que el gobierno mexicano mejorara su imagen en el contexto de las negociaciones del NAFTA. Al parecer, semanas antes de la votación del NAF– TA en el Congreso estadoun idense, el secretario de Estado norteamericanoWarren Christopher sugirió a Fernando Solana que el régimen mexicano mejorara su ima– gen internacional realizando reformas políticas, incluida la invitación de obser– vadores internacionales para los comicios presidenciales de agosto de 1994 3 °. Esta presión estuvo también presente durante las semanas siguientes al levan– tamiento guerrillero en Chiapas, en enero de 1994. En esa ocasión, el gobierno estadounidense pidió al mexicano que se respetaran los derechos humanos en el combate a la rebelión y que dejara de usar los helicópteros proporcionados por Estados Unidos para combatir al narcotráfico en el enfrentamiento de la guerrilla en Ch iapas 31 . Durante el gobierno de Ernesto Zedilla la retórica de la «democracia sobera– na» ha disminuido de manera sensible, aunque no ha desaparecido del todo, en especial en foros internacionales como la OEN2. Sin embargo, el hecho de que toclas las elecciones (para congresos locales, municipios y gubernaturas) celebra– das durante la administración de Zedill033 hayan sido limpias, ha contribuido en bucna medida a que la obsesión con el tema de la democracia soberana haya disminuido en forma notoria. Ello fue expresado con claridad por el ex secretario de Gobernación de los primeros seis meses del gobierno de Zedillo, Esteban Moctezuma. Éste declaró, en enero de 1995, luego de una reunión exitosa entre los principales partidos políticos del país (incluido el PRD al cual Salinas de Gortari había excluido siste– máticamente), que México «era el patito feo en cuestiones de democracia. Se acabó el patito feo»34.
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