América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
237 Quemado. Además, suscribieron convenios de cooperación en la lucha contra el narcotráfico. Chile ha comenzado un proceso de liberalización de las normas para adquirir bienes raíces en su territorio (el cual se profundizará con una nueva ley en el contexto del plan de recuperación de Arica). También se concretó un acuerdo de complementación económica. Éste pretende crear un espacio económico am– pliado que permita una mejor asignación de los recursos en las respectivas eco– nomías y un mayor nivel de inversión e intercambio de bienes y servicios con el fin de incrementar los niveles de productividad y competitividad. Adicionalmen– te, se espera que el estrechamiento de las relaciones económicas permita robus– tecer las relaciones políticas entre las dos naciones. Las conversaciones entre los mandatarios de Chile y Bolivia, realizadas en el mar– co de la Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias, abrieron una nueva etapa en las relaciones, caracterizada por la voluntad política de los respectivos gobiernos para profundizar los acuerdos preexistentes y abrir una agenda bilateral amplia. Si bien Chile no acepta tratar el tema de la demanda marítima boliviana, ha manifestado su apoyo a la «salida al mundo» de la nación altiplánica por sus puertos del norte, sin que ello incluya una fórmula que comprometa la soberanía de alguna porción del territorio chileno, constatando que la táctica boliviana de plantear el tema de su mediterraneidad en instancias multilaterales ha fracasado desde que Chile volvió a la democracia. Los gobiernos de Chile y Bolivia acordaron impulsar una nueva fase en sus rela– ciones que, en el marco de una «asociación para el desarrollo», permita aprovechar ambas potencialidades económicas, y comprometió tanto al sector público como al privado en la creación de las condiciones necesarias para su implementación. Desde la perspectiva chilena, cabe señalar que la solución a los problemas que hoy enfrenta la ciudad de Arica está estrechamente vinculada al mejoramien– to de los vínculos con Bolivia, pues la integración con ese país ayudaría a recupe– rar el nivel de actividad de la zona. Con Perú, el gobierno del presidente Aylwin intentó dar solución a las cláusu– las de ejecución pendientes del Tratado de 1929 y de su Protocolo Complementa– rio. Concordó principalmente en la superación de las siguientes situaciones&: -Transformación del predio denominado El Chinchorro, que Perú posee a títu– lo privado en Arica, en un parque con características de «complejo cultural de la amistad y la paz».
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