América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
227 dación de un Mercosur ampliado debe ser previo a una negociación general con los Estados Unidos 10 • En la medida en que el Mercosur es una unión aduanera y que por lo consiguiente cualquier negociación comercial debe ser emprendida conjuntamente por todos sus miembros plenos, en los hechos esta posición se extiende también a Argentina, Paraguay y Uruguay, aun cuando sobre todo Bue– nos Aires observó inicialmente una actitud muy favorable hacia una negociación de libre comercio con los Estados Unidos. Pero si en el ámbito económico el Mercosur exige el alineamiento de todos los países en una postura común en materia de negociaciones internacionales, no se puede decir lo mismo del ámbito político,donde se sigue observando una diversidad de posiciones. Así, se advierte una considerable distancia entre las posturas de Brasil y Argentina en materia de seguridad hemisférica y desarme. Mientras Brasilia mantiene sus divergencias con Washington en asuntos co.mo el manejo de tecnologías sensibles, o los alcances del nuevo concepto de seguridad cooperativa promovido por Washington en el hemisferio, en Buenos Aires se anuncia una relación estratégica especial con los Estados Unidos y se habla de la asociación de Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), posibilidades que no dejan de causar perple– jidad en Brasil 11. Además, como es bien sabido, la aspiración brasileña a ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no tiene el apoyo de Argentina 12 • El regionalismo latinoamericano resulta más elástico de lo que parece a primera vista. Para varios países de la región no se trata de una opción que impida el esta– blecimiento de relaciones económicas preferentes con los Estados Unidos, o inclu– so con una serie de países ubicados fuera del continente americano. Además, debe tenerse presente que la regionalización latinoamericana, medida en términos de vínculos comerciales y de inversión, es menos evidente de lo que sugieren los acuerdos e instituciones formales. Pese a la creciente importancia del Mercosur, Brasil comercia más con la UE que con América Latina. Las exportaciones de Chile al Asia casi duplican aquellas destinadas al Mercosur. Las economías centroameri– canas están mucho más vinculadas a la estadounidense que al resto de América Latina. Colombia comercia más con Alemania que con el Perú. Esta realidad compleja y hasta cierto punto contradictoria explica el carácter abierto que asume el regionalismo latinoamericano. Esta apertura se expresa de cuatro maneras. Primero, las distintas opciones de inserción regional no son mu– tuamente excluyentes, sino que tienden a superponerse. Segundo, cada proyecto
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