América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
222 na, está participando en las principales reuniones del Mercosur. Estos alineamientos múltiples y las incertidumbres que todavía penden sobre el futuro de los acuerdos sugieren que el regionalismo económico latinoamerica– no es un proceso abierto y flexible, dotado de límites difusos, acuerdos super– puestos y compromisos variables. Paradójicamente, el resultado de este verdade– ro desorden creativo es bastante más concreto y alentador que el que pudieron aportar los modelos más ortodoxos aplicados en décadas anteriores. América La– tina parece haberse alejado del paradigma institucional europeo en esta materia. El enfoque tradicional de la integración como el tránsito desde la cooperación económica hacia la formación de áreas de libre comercio, uniones aduaneras, mercados comunes y comunidades económicas no se ajusta a la práctica actual latinoamericana, como tampoco a la asiática. Incluso la adopción de instrumen– tos concretos puede ser más nominal que real. La integración informal, desarro– llada a partir de una situación de interdependencia creciente, puede llegar a ser más relevante que la integración formal. Tanto más, cuando, a diferencia del caso europeo, el punto de partida de la integración latinoamericana es uno de baja interdependencia económica previa. El regionalismo latinoamericano también ha tenido una expresión política. Los países de la región están empezando a concertarse para resolver problemas regionales o subregionales y coordinar sus posiciones frente a terceros países. El Grupo de Contadora, que buscó una salida pacífica y negociada para el conflicto centroamericano en la década de 1980, representó un esfuerzo pionero en esta materia, que pronto fue seguido por el involucramiento directo de los países cen– troamericanos en la pacificación del Istmo, que fue alcanzada por medio del proceso de Esquipulas. Después de sus sucesivas expansiones, el Grupo de Río es ahora el eje de la cooperación poi ítica regional en América .Latina 7 • La existencia de un requisito democrático para la incorporación de nuevos miembros explica la ausencia de Cuba del grupo, pese a la intensa actividad internacional que des– plegó el país caribeño en la época de la guerra fría. En dos ocasiones, el Grupo procedió a suspender la participación de miembros que dejaron de cumplir el requisito democrático: Panamá en 1986 y Perú en 1992. El Grupo también ha establecido diálogos políticos con otras regiones y potencias, entre los que se destaca el diálogo institucionalizado con la Unión Europea y los encuentros pe– riódicos con Japón, la República Popular de China, los países del ASEAN, Cana– dá, Rusia, Australia, Corea y otros socios.
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