América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
205 Recientemente, el presidente Figueres Olsen reafirmó estas orientaciones al ex– presar, ante los diplomáticos acreditados ante su gobierno, que durante los próxi– mos años Costa Rica continuaría ejerciendo con todo vigor su política internacio– nal en tres ámbitos prioritarios: Centroamérica; organismos multilaterales y Sistema Interamericano. Ello, en materia ambiental, política y comercial principalmente 19 • El Salvador Tras los acuerdos de Paz de Chapultepec, El Salvador se abocó a dos tareas fundamentales: poner en ejecución los compromisos adoptados para terminar con la década de guerra civil y conseguir de la comunidad internacional los re– cursos necesarios para promover la reconciliación nacional y la reactivación eco– nómica. Respecto a la primera, El Salvador contó con el decidido apoyo de Na– ciones Unidas por intermedio de su misión en el país (ONUSAL). Esta entidad, al tenor de los acuerdos de paz, se encargó de la supervisión, seguimiento y admi– nistración de lo pactado entre el gobierno y el FMLN. Frente a la segunda, la administración del presidente Alfredo Cristiani desplegó un notable esfuerzo in– ternacional que, acompañado de un severo ajuste estructural, permitió el inicio de un ciclo de crecimiento económico que todavía se mantiene, aunque muy condicionado por peligrosos aumentos en los índices de pobreza 2o • La elección de Armando Calderón Sol como sucesor de Cristiani, en marzo de 1994, conllevó un gradual pero definitivo giro en la gestión internacional salvado– reña. De una agenda principalmente política, el país pasó a ejercer un gran activis– mo en materia económica y comercio externo. Aunque el seguimiento de los acuer– dos de paz continuó siendo una indiscutible prioridad doméstica -muy justificada por sus ramificaciones en el ámbito de la seguridad pública-, las nuevas directrices se orientan más hacia la promoción de inversiones, renovación o construcción de obras de infraestructura, aumento en la productividad y la competitividad externas, y búsqueda de mayores espacios que faciliten una eventual incorporación del país a los megamercados hemisféricos. La decisión gubernamental de poner en marcha un agresivo plan de reducción de aranceles y de «dolarizar» eventualmente la eco– nomía, aprovechando las elevadas reservas en dólares fruto de las abundantes re– mesas provenientes del exterior (casi 1.000 millones de dólares anuales), ratifican esta realidad sin parangón en los demás países del área.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=