América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
203 definir un concepto amplio, vinculado a la conceptualización hecha por el Progra– ma de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre seguridad humana. Cabe destacar que en la región, considerada en su conjunto, se ha producido un amplio y profundo proceso de desmovilización. En pocos años pasó de tener 19 soldados por cada mil habitantes a menos de cuatro en el año 1993. En el caso de El Salvador, también ha habido una reducción sustantiva, aunque no del mis– mo grado de profundidad que la nicaragüense'6. En Centroamérica las amenazas externas y de disgregación, como producto de guerras civiles, han dejado de ocupar el tema central de la agenda. Hoy, amenazas como las del narcotráfico se sitúan en un orden de prioridad fundamental. No obs– tante, elementos de la agenda tradicional, en especial las disputas limítrofes, deben ser resueltas para evitar que reaparezcan generando situaciones de tensión. Dentro de los nuevos riesgos se encuentra el poder desarrollar un proceso eficiente de desmovilización'7. La disminución de efectivos, muy drástica en corto tiempo, re– quiere de un proceso de inserción de quienes por más de dos décadas tuvieron como ocupación principal la guerra. Una reinserción eficiente posibilita resolver no sólo los problemas de gobernabilidad, sino ubicar en la alternativa del desarro– llo grandes capacidades humanas que estaban orientadas a la guerra. LOS CASOS NACIONALES: UN BALANCE SOMERO Belice Éste continúa siendo un caso atípico en Centroamérica. Aunque caribeña en lo cultural y político, comparte con las demás naciones del istmo un espacio geográfico y bioecológico. A ello se suman factores de índole humana, pues du– rante la última década, Belice ha recibido a miles de emigrantes salvadoreños, que hoy constituyen casi el 25 por ciento del total de la población del país. En el ámbito diplomático, Belice participa sólo como observador en las re– uniones de presidentes centroamericanos. No así en los demás órganos subalter– nos del SlCA, del cual no forma parte. No obstante, el país es miembro pleno de la Alides, con representantes tanto en el Consejo Centroamericano de Desarrollo Sostenible como en el Consejo Centroamericano de Ambiente y Desarrollo (CCAD). Esta situación tan particular es fruto de dos factores bien definidos. Por una parte, la objeción de Guatemala, cuyos reclamos históricos sobre el territorio de Belice son conocidos y todavía no se resuelven por completo. Éste aparece como
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