América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

201 el/os en la pobreza extrema. Esta realidad debe ser combatida con prontitud si en verdad se quiere extirpar el germen de la violencia estructural. Erradicar la pobre– za, en su dimensión amplia, significa principalmente ofrecer a las mujeres y hom– bres del istmo los instrumentos para su promoción personal en un contexto de creciente equidad. Esto conlleva, en primer lugar, reconocer que el desarrollo social es un derecho humano, no una graciosa concesión de un gobierno o de la empresa privada, y que la provisión de servicios adecuados y universales de edu– cación y salud son responsabilidad primordial e inalienable del Estado. • La consolidación de la democracia participativa La democracia electoral ha sido una de las conquistas extraordinarias del proce– so centroamericano. Es necesario ahora complementarla con una creciente partici– pación de la sociedad civil en 105 procesos nacionales y regionales de toma de decisiones. Ofrecerle a los ciudadanos organizados una oportunidad real de incidir en la atención de sus principales necesidades por medio de una acción directa, será quizás el mejor procedimiento para combatir la ingobernabilidad en un contexto de creciente descrédito ciudadano en los políticos tradicionales. Sin embargo, para que ello sea posible, es indispensable que se ponga fin a las violaciones a los dere– chos humanos y a sus principales aliados: la impunidad y el militarismo. Perfeccio– nar la administración de justicia, mejorar y modernizar al municipio y otras instan– cias de organización local, ampliar las atribuciones de las diversas formas de aso– ciación obrera son también parte esencial de este esfuerzo democratizador. • La protección, conservación y aprovechamiento del medio ambiente La Alides evidencia una estratégica preocupación por la preservación del pa– trimonio natural de Centroamérica. También aboga por su racional y técnico uso en beneficio de quienes ancestral mente han sido sus depositarios, las comunida– des autóctonas y los campesinos que utilizan los recursos naturales para su sub– sistencia. Hay, al menos, cuatro grandes temas en la agenda «ecológica» centro– americana: el manejo de la biodiversidad, las acciones para contrarrestar el efec– to invernadero, la armonización de la legislación ambiental, de manera que sea compatible en todos 105 países del área, y la consolidación de corredores biológi– cos desde el Petén hasta el Darién. Sin embargo, quizás el logro más importante de la Alides en esta materia sea, por el momento, más político que técnico: la admisión de que democracia, desarrollo económico y construcción de una socie– dad de bienestar carecen de sentido si no tienen como punto de referencia obli– gatorio un marco ecológicamente responsable.

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