América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

176 cinco especies (calamar ilex, calamar loligo, merluza austral, merluza de cola y polaca) de interés de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur, establecida por la Declaración Conjunta Argentino-Británica sobre Conservación de Recursos Pes– queros del 28 de noviembre de 1990. La posibilidad ele trascender el mero inter– cambio de información es por ahora remota, dado que Argentina y el Reino Uni– do tienen posiciones muy distintas sobre el contenido ele un acuerdo de pesca de mediano plazo. Mientras que para Argentina el acuerdo debería tener un carácter esencialmente «conservacionista ll , el Reino Unido postula un acuerdo amplio que regule el conjunto de la actividad pesquera mediante el establecimiento de cuotas, límites al esfuerzo pesquero, fijación de tarifas, etcétera. El principal inte– r('5 británico es de carácter económico, dado que el acuerdo permitiría a los isleños tener una mejor situación económica, autoabastacerse y obtener cierto grado de autonomía. Según la opinión de la Cancillería argentina un acuerdo tan amplio como el que quiere el Foreign Office equivaldría a conceder a Gran Bre– taña la situación de un Estado ribereño. Al mismo tiempo, la negativa argentina se funda en la necesidad de conservar una de las pocas cartas de presión que que– dan en la manga para reclamarle a Londres algún mecanismo de diálogo en el que esté presente el tema de la soberanía. Las negociaciones sobre petróleo, por su parte, han sufrido numerosas vicisi– tudes desde que el 22 de noviembre de 1991 los dos gobiernos acordaron reunir– se para examinar la situación que derivaba del dictado de las respectivas legisla– ciones marítimas y para considerar nuevos modos de cooperación en materia de recursos minerales en espacios circundantes a las islas Malvinas. Pese al desarrollo de estas conversaciones, el gobierno británico adoptó una serie de pasos unilaterales: apertura de licitación para la prospección sísmica, otorgamiento de licencias de prospección y entrega a las empresas que realiza– ban actividades de prospección y al British Geological Survey de notas de aliento « Letters of Comfort ll , por las que anticipaba la promulgación de una futura orde– nanza sobre licitación y adjudicación de áreas a empresas petroleras para explo– ración sísmica adicional, que incluiría derechos de perforación con vistas a su desarrollo~8. Cada una de estas medidas unilaterales dio motivo a protestas argentinas que fueron ignoradas. De este modo, la situación se fue agravando y alcanzó un punto de gran tensión a mediados de 1995 cuando autoridades locales de las islas en– viaron invitaciones formales a empresas petroleras de todo el mundo para que

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