América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
173 El acuerdo tiene una clara importancia para ambas partes. Para la Unión Europea abre un nuevo y relevante espacio para ampliar su influencia política y facilita su acceso a un mercado con grandes perspectivas de crecimiento. Para los cuatro socios del Mercosur es un elemento clave para flexibil izar las prácticas proteccio– nistas europeas, aumentar los flujos comerciales y atraer inversiones hacia la re– gión. Es de interés señalar que entre 1989 y 1994 las exportaciones de los países europeos al Mercosur se triplicaron, pasando de 5.500 millones de dólares a 15.600 millones, mientras que las exportaciones del Mercosur en el mismo período cre– cieron un 20 por ciento, debido en buena parte a las barreras proteccionistas europeas. No obstante ello, la Unión Europea es el principal cliente del Merco– sur, aunque este intercambio cercano a los 32.000 millones de dólares significa tan sólo el 1,2 por ciento del total de las importaciones europeas y el 0,6 por ciento de sus exportaciones. Por otra parte, entre 1991 y 1995, el 47 por ciento del total de los capitales invertidos en el Mercosur provino de Europa, que mos– tró, como quedó dicho, un interés particular en la región a partir del proceso de privatización de empresas argentinas. Para Argentina, específicamente, la mayor importancia del acuerdo reside en su aporte a la aceleración del proceso de liberalización del mercado europeo para productos agrícolas. Es importante recordar que de los 4.451 millones de dólares exportados durante 1995 a la Unión Europea, el 32,3 por ciento fueron productos primarios (en particular, semillas, oleaginosas y frutas frescas) y 48,4 por ciento manufacturas de origen agropecuario (básicamente carnes y residuos y desperdicios de la industria alimentaria). MALVINAS Luego del restablecimiento de relaciones diplomáticas con el Reino Unido el'15 de febrero de 1990, la estrategia del gobierno de Menem frente a la cuestión Malvi– nas se articuló en torno a dos ejes principales: a) énfasis en las negociaciones bila– terales con Gran Bretaña bajo el paraguas de la soberanía (lo que presupone colo– car en un lugar subordinado a la política hasta ese entonces privilegiada de mane– jar la cuestión a través de instancias multilaterales, a las que se considera útiles, pero insuficientes); y b) desarrollo de una «estrategia de seducción» de los isleños basada en la búsqueda de avances en la cooperación económica yen las comuni– caciones con las islas y en garantizar a sus habitantes su estilo de vida.
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