América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
172 LAS RELACIONES CON EUROPA Entre los años 1993-5, las relaciones con Europa fueron las menos importantes de las tres consideradas «preferent<:s», a pesar de que la Unión Europea en su conjunto ocupa, después del Mercosur, el segundo lugar en el intercambio co– mercial argentin0 4o • A partir de este orden de prioridades, la política exterior hacia la Unión Europea se desarrolló en dos niveles: el nacional y el Mercosur. En el primer caso, se procuró principalmente estimular las exportaciones argentinas al continente y alentar el flujo de capitales europeos hacia Argentina. Estos objetivos de carácter económico fueron correspondidos por un creciente interés europeo en el país, tanto guberna– mental como privado, que se vio alentado por el nuevo contexto económico argen– tino y, más específicamente, por las oportunidades que ofrece el proceso de priva– tizaciones 4 '. El espacio de las diferencias con los principales países de la Europa de los quince, quedó reservado a los asuntos económicos, particularmente al siempre presente tema de los subsidios agrícolas europeos (percibidos por la Cancillería argentina como recursos que no sólo dañan el comercio, sino además como obstá– culos graves para el logro de un orden internacional más racional y justo). Argenti– na defendió su postura basándose en el compromiso de respeto a los acuerdos internacionales o en la búsqueda de soluciones multilaterales. No obstante la importancia de los avances producidos en el terreno económi– co en el nivel nacional, el hecho más significativo del período fue la firma del Acuerdo Marco Interregional de Cooperación entre la Comunidad Europea y el Mercosur, suscrito en Madrid, el 15 de diciembre de 1995. El acuerdo fue consi– derado por las partes signatarias de carácter histórico, dado que, por primera vez, delínea una colaboración amplia entre dos regiones organizadas como uniones aduanera 42 , con el objetivo de fortalecer los vínculos existentes y construir el marco para el desarrollo futuro de las relaciones recíprocas. Luego de señalar que el respeto de los principios democráticos y de los dere– chos humanos es el 'fundamento de la cooperación, el acuerdo institucionaliza un diálogo político al más alto nivel y con carácter periódico y prefigura una vasta colaboración económica y política dirigida a promover e intensificar la co– operación en numerosos ámbitos sectoriales: desde el económico-comercial al cultural, y del científico-tecnológico a la protección del medio ambiente y la lucha contra el tráfico de drogas.
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