América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
163 nacional global izada; y b) aumentar la capacidad de negociación y de influen– cia nacional en la configuración de los regímenes económicos internacionales, tanto en el nivel global como hemisférico 15 . Como es natural en este tipo de procesos de integración, la marcha del Mer– cosur debió enfrentar en su primer año de vida algunos contratiempos, en un contexto signado por el «efecto tequila» y las dificultades económicas de los paí– ses miembros que obligaron a introducir modificaciones en lo acordado en el Protocolo de Ouro Preto. Las controversias producidas, particularmente entre Argentina y Brasil, se centraron en la competencia por la atracción y radicación de inversiones extranjeras, la confección de las listas de excepciones al arancel externo común yen los intentos de establecer restricciones a la importación para determinados productos1 6 • Estas diferencias, sin embargo, apenas empañaron el curso exitoso del Merco– sur, puesto de manifiesto en el aumento notabl<;~ de la interdependencia económi– ca entre los cuatro países que lo integran. El comercio intrarregional, por ejem– plo, registró en 1995 un incremento del 25 por ciento en relación a 1994, alcan– zando los 15 mil millones de dólares. Además, el Mercosur ha sido el locus desde donde los países miembros firmaron el Acuerdo de Complementación Eco– nómica con Bolivia que multilateralizó las preferencias de los acuerdos bilatera– les (Patrimonio Histórico) y abrió el paso para la puesta en marcha de una zona de libre comercio; se adhirieron a la resolución de la Cumbre de Miami (diciembre de 1994); firmaron el acuerdo marco con la Comunidad Europea (diciembre de 1995); negociaron con Chile su futura incorporación al proceso de integración; y comenzaron a renegociar los acuerdos preferenciales preexistentes con los países de la ALADI. Dentro del Mercosur, y como resulta obvio, Brasil es el país que ha recibido la mayor atención en la agenda de la política exterior argcntina durante los últimos trcs años. Aunque con matices y expectativas distintas, el Mercosur parece haber sellado el camino de acercamiento bilateral que se inició en los ochenta y que, por cierto, trasciende lo mer:lmente comercial. Sin embargo, es en este último campo donde se aprecian los resultados más tangibles. Brasil se ha convertido en el principal mercado pilra las exportaciones argentinas que crecieron 12,3% en 1992, 68,4% en 1993, 27,8% en 1994 y 49)'% en 1995, representando en este último año el 32,2% del total. Argentina, por su parte, ha pasado a ser el segundo mercado para Brasil, en comparación con el décimo lugar que tenía en 1990.
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