América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
149 hacer más verosímiles y significativas las negociaciones hemisféricas, la adminis– tración Clinton debe asegurar el dominio del recurso de fast track ante un Congre– so dominado por los republicanos. El Ejecutivo deberá negociar las demandas sectoriales de estos representantes, en especial aquellas relativas a los asuntos laborales y de medio ambiente, respecto a las cuales los republ icanos presionan para que sean excluidas de las negociaciones comerciales. En definitiva, el éxito que Estados Unidos logre en el cumplimiento de las metas de la Cumbre de Miami dependerá de cómo administre sus relaciones con Brasil y México, y de cómo la administración Clinton enfrente un Congreso opo– sitor. Pero existen otros desafíos importantes vinculados con este primer tema de la agenda, la liberalización comercial de las Américas. Enumeraremos sólo los prin– cipales. En primer lugar, la compatibilizaci6n de las metas económicas de los países de América Latina con los objetivos de un desarrollo social con equidad, sobre todo cuando las brechas internas en los países se agravaron por los procesos de ajuste económico. El segundo desafío lo constituye la necesidad de conformar políticas, procedimientos y mecanismos que eviten los potenciales conflictos que surgen de la mecánica "caso por caso», adoptado por el socio principal, Estados Unidos, ante la eventual exclusión de los intereses de los países más vulnerables de la región. El tercero, y relacionado con el anterior, es el establecimiento de mecanismos compensatorios para que los esfuerzos integracionistas de los países les permitan un acceso equitativo a los beneficios de la integración. El cuarto desafío consiste en evitar que en el ámbito comercial la cooperación hemisférica mantenga o incremente las asimetrías. Otro desafío importante se relaciona con el gran esfuerzo de reestructuración de los aparatos productivos que los países latinoamericanos deben realizar para insertarse en la dinámica del comercio in– ternacional. El sexto se refiere al financiamiento del desarrollo de América Latina y la necesidad de asegurar flujos de inversión de largo plazo mediante institucio– nes financieras -como el BIO-, que podrían asumir un papel de liderazgo en la promoción del financiamiento en pos de la integración latinoamericana. Y el sép– timo desafío se vincula con el esfuerzo que deberán realizar los países más indus– trializados en transferir sus tecnologías para incorporar los adelantos tecnológi– cos a los procesos productivos de la industria regional.
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