América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

147 región, genera cinco mil millones de dólares en exportaciones estadounidenses hacia la misma»9. En consecuencia, la conformación de este megamercado es de vital importan– cia para el continente y, en especial, para Estados Unidos como potencia que desea mantener un liderazgo en el concierto internacional y un nivel significativo de su competencia comercial con los otros bloques mencionados. Como bien señaló el embajador norteamericano en Chile, Gabriel Guerra Mondragón, en su discurso en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Chile, el 9 de junio de 1995: «el hemisferio es vital para la competitividad mundial de Esta– dos Unidos». Al terminar las presiones estratégicas de la guerra fría, América Latina se en– cuentra frente a una globalización económica mundial dinamizada por una revo– lución tecnológica sin precedentes. Agotado el modelo de sustitución de impor– taciones, Latinoamérica ha decidido insertarse en la economía mundial adoptan– do el modelo de desarrollo «hacia afuera», centrado en la demanda externa y dinamizando el sector exportador. Por consiguiente, tanto América Latina como Estados Unidos, aunque con diferentes grados de desarrollo y asimetrías políticas manifiestas, convergen hacia la internacionalización de sus economías. No obstante, y a pesar de las reiteradas declaraciones de los funcionarios de las últimas administraciones estadounidenses, «la carencia de iniciativas comer– ciales concretas de parte de Estados Unidos desconcertaron a los gobiernos lati– noamericanos» 1 o. Existen varias razones que explican esta actitud. Hay sectores norteamerica– nos con fuertes tendencias proteccionistas que presionaron desde el Congreso a la Casa Blanca. Esto se reflejó en que la administración de Bill Clinton tuvo que retirar la petición de fast track de la legislación del GATT, lo que, a su vez, limitó a Estados Unidos para comprometerse en acuerdos comerciales con los países de América Latina. Además, el Congreso norteamericano rechazó la posibilidad de establecer acuerdos de comercio provisorios -como el denominado Interim Trade Program (lTP)- con países de América Central. Los mismos acuerdos sobre el GATT fueron pospuestos para fines de 1994, hechos que evidenciaron la tendencia proteccio– nista de la mayoría del Congreso de la época, en mntradicción con las declara– ciones del Ejecutivo que propiciaba la apertura comercial. Desde otra perspecti– va, la experiencia de América Latina en 1994 no fortaleció las percepciones de

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=