América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
120 las importaciones desde Brasil ha disminuido a partir de 1991 (Cuadro 2). Las provenientes de México se han reducido en un 30 por ciento. Cabe destacar que Chile ha seguido aumentando su participación desde la segunda mitad de los años ochenta: entre 1985 y 1994, sus exportaciones a japón pasaron de 533 mi– llones de dólares a 2,16 mil millones. Las importaciones japonesas desde Améri– ca Central y el Caribe han sido muy reducidas y fluctuantes. Igualmente, salvo algunos países centroamericanos y Paraguay, durante la década de los noventa, la tasa de crecimiento de las importaciones de Japón originadas en países latinoa– mericanos se ha reducido de manera muy marcada. Dentro de los primeros 20 rubros de exportación más importantes de América Latina y el Caribe al mercado japonés, sólo 7 productos componen más del 50 por ciento del total, en tanto que 20 son responsables de más del 80 por ciento. Se observa una ponderación muy alta de productos mineros y metálicos, foresta– les y del mar, y de petróleo crudo. Salvo algunos tipos de fierro y acero, las cate– gorías que aparecen en la lista son productos básicos. Parte de ellos son no tradi– cionales de exportación en los que América Latina y el Caribe empiezan a espe– cializarse gradualmente. En suma, a pesar de la creciente competitividad y diversificación del aparato productivo en América Latina y el Caribe, en cuanto a la penetración del mercado japonés se observa una alta concentración de exportaciones en un número limi– tado de productos primarios y/o de bajo valor agregado. Aunque aquéllos son importantes proveedores para algunos productos, japón ha logrado un grado de diversificación de fuentes de suministro suficientemente alto como para que la región no tenga un poder de negociación potencial en estos productos. En este sentido, si bien América Latina y el Caribe se han empeñado por diversificar sus mercados de exportación -y Japón ha sido un objetivo importante de las políticas comerciales aplicadas- los esfuerzos aún no han rendido fruto en la mayoría de los países. Respecto a las exportaciones niponas a la región, México es el mayor compra– dor, seguido por Brasil y Colombia (Cuadro 3). Para la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, durante la primera mitad de los años noventa la tasa del crecimiento de las importaciones desde japón se ha mantenido. Las grandes exportaciones a Panamá deben atribuirse básicamente al registro de los barcos japoneses pertenecientes a las compañías niponas en ese país. En 1994, Panamá recibió 5,9 mil millones de dólares en exportaciones japonesas; es decir, el equi- I
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