América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996

112 de punta en energía nuclear, industria aeroespacial, combustible, mecánica de precisión, química fina, etcétera; a cambio de entregarle sus conocimientos en los campos de automatización y modernización bancaria, agricultura capitalista moderna, administración global (inclusive marketing) de pequeñas, medianas y grandes unidades de producción y distribución, bolsas de valores y mercado fi– nanciero (Barros, 1993). A pesar del esfuerzo de aproximación que han realizado ambos países, el contexto político doméstico en Rusia, las dificultades de su transición a una eco– nomía de mercado y las contrariedades enfrentadas en las relaciones con ex re– públicas soviéticas han dificultando mayores avances en esta dirección. Aun así, se debe resaltar el aumento del intercambio comercial ruso-brasileño desde 1992, fin del período de mayor inestabilidad política en ese país. RETOMANDO UNA POLíTICA AFRICANA Aunque en el pasado aquélla fue una dimensión importante de la diplomacia brasileña, las relaciones con las naciones africanas experimentaron un significati– vo distanciamiento a partir de los años ochenta. Las dificuitades económicas y la inestabilidad política en ese continente, simultáneamente dm el menor activismo \ internacional de Brasil, llevaron a una notable reversión de la agenda de coopera- ción y de los contactos políticos antes fluidos tanto con los p'aíses de lengua portuguesa como con los de mayor peso regional. No obstante, durante el gobierno de Itamar Franco se tomaron algunas inicia– tivas con vistas a revertir parcialmente esta tendencia. Entre las principales figu– ran la aproximación con Sudáfrica y la participación en el proceso de pacifica– ción de Angola. Tras el fin del apartheidy la elección de Nelson Mandela, Brasil invirtió en una mayor presencia en Sudáfrica, relanzando la propuesta para crear una zona de cooperación del Atlántico Sur destinada a abrir un canal común entre los países del Cono Sur y esta región. También hay que resaltar la búsqueda de cooperación en al área tecnológica, agropecuaria y de combate al narcotráfico; y, principalmente, el esfuerzo de la diplomacia brasileña, a través de su Departamento de Promoción Comercial, para acercar al empresariado de ambos países en aras de que empren– dan iniciativas conjuntas. Esto se basa en la creencia de que Sudáfrica deberá lide– rar un proceso de integración económica continental semejante al Mercosur.

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