América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
104 EN EL ÁMBITO MULTILATERAL Fue en los foros multilaterales, particularmente en Naciones Unidas"dondemejor se percibió una actuación internacional de Brasil destinada a revertir el cuadro de pasividad y, principalmente, a imprimir mayor visibilidad al país frente a la comuni– dad internacional. A partir de entonces, este esfuerzo estuvo conjugado al objetivo de asegurar voz y voto en la reforma institucional del orden internacional. Así, el gobierno de Itamar Franco intensificó la acción diplomática de manera de encontrar un vector de inserción en el debate que garantizara al país una participación más activa y menos defensiva. Se debe destacar el esfuerzo de via– bilizar, en el seno de Naciones Unidas, la propuesta brasileña de sumar a la agen– da de paz el tema del desarrollo. Basado en la tesis de que la agenda internacio– nal se estructuraría alrededor de la cuestión de la democracia, el desarrollo y el desarme -con sus extensiones a las áreas de derechos humanos, medio ambiente y seguridad internacional- y que la pobreza y el subdesarrollo constituían ame– nazas importantes, aquella propuesta apuntaba a comprometer a Naciones Uni– das con el esfuerzo de superación del subdesarrollo y de la pobreza. Además, se procuró asegurar un lugar en la discusión de los temas globales -d,ere– chos humanos, ecología, narcotráfico, terrorismo- en clara oposición a nuevos con– ceptos de carácter intervencionista. Acompañados de los nuevos principios de «soberanía compartida)), (climitada)), o de (<intervención humanitaria)), aquellos conceptos reivindicaban para la comunidad internacional el llamado deber de intervención, asistencia o interferencia en situaciones en las cuales los derechos humanos o la democracia se veían amenazados. Algunos episodios transforma– ron al gobierno brasileño en blanco potencial para la aplicación de estos concep– tos; entre ellos, el asesinato de menores en las calles de Río de Janeiro en julio de 1993, la masacre de los indios ianomamis en agosto de 1993 y las constantes denuncias de depredación ambiental en la Amazonia. Al respecto, cabe destacar dos iniciativas del gobierno brasileño: en lo que se refiere a la cuestión de los derechos humanos, el papel desempeñado por Brasil en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos (V!ena, junio de 1993). Allí, el re– presentante brasileño, en calidad de presidente de la Comisión de Redacción, tra– bajó intensamente para encontrar un común denominador entre las diversas visio– nes proyectadas sobre la actuación de la comunidad internacional en defensa de esos derechos. Y frente a la cuestión ambiental, la implantación de un sistema de
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