América Latina en el mundo: Anuario de Políticas Externas Latinoamericanas y del Caribe :1993-1996
103 Franco asumió la Presidencia de la República como resultado de la crisis de legi– timidad que sufrió el Poder Ejecutivo. Frente a un cuadro político doméstico problemático, el gobierno de Itamar Franco no dio en sus inicios prioridad a la agenda exterior, y mostró poco interés por dedicarse a una diplomacia presidencial. Por ende, la política exterior fue delegada a actores de reconocido prestigio dentro o fuera de la corporación di– plomática. Las restricciones en el plano exterior estaban dadas por el deterioro de la si– tuación macroeconómica del país y por el contraste generado frente a otros paí– ses de la región que habían logrado dar continuidad -con éxito aparente- a sus respectivos planes de estabilización y reforma económica. Al mismo tiempo, las fisuras político-estratégicas del llamado nuevo orden ya suscitaban dudas sobre la viabilidad de un sistema sin control hegemónico. Y persistía el temor de que las potencias occidentales dirigiesen sus recursos para la recuperación poi ítica yeco– nómica de los países del antiguo Este europeo en detrimento del Sur. Además, en el plano de las percepciones de la comunidad internacional, primaba la expecta– tiva de que Brasil iría a retomar una postura nacionalista, fruto de la creencia de que no sólo el nuevo Mandatario necesitaba diferenciarse de su antecesor, sino, debido a sus propios antecedentes políticos. Pasados sus primeros meses, el gobierno de Itamar Franco imprimió el tono de la actuación internacional a su gobierno. Así, se percibió un mantenimiento de las políticas iniciadas con anterioridad, junto con la adopción de un posicionamiento marcado por la condición de país en desarrollo. En este contexto, algunas decisio– nes de la diplomacia brasileña fueron paradigmáticas del proyecto de inserción internacional del nuevo gobierno. Entre ellas, la actuación en los foros políticos multilaterales, la reafirmación de los compromisos ya asumidos de no prolifera– ción, la profundización de la integración regional, la «desdramatización» de los lazos con Estados Unidos, la reafirmación de los cambios implantados por el go– bierno de Collor en el ámbito de la Ronda Uruguay y la aproximación a sus poten– ciales pares de la comunidad internacional (China, India, Rusia y Sudáfrica). En su conjunto, ellas reflejaron los diferentes proyectos de inserción exterior que se debaten en Brasil: un país continental «<país ballena»), una nación con intereses múltiples en la di námica de global ización de la economía mundial «<glo– bal trader») y un actor protagónico en el proceso de regionalización en curso en el ámbito hemisférico «<socio privilegiado»).
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