Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida
Segunda función de un comité de ética es formular indicaciones y normas. Las primeras, para sugerir alternati– vas viables en casos frecuentes. Las segundas, para obli– gar a cumplir las metas institucionales. Una tercera función de un comité consiste en exami– nar y evaluar casos presentados a su consideración, espe– cialmente aquéllos que no puedan ser resueltos mediante las indicaciones y normas ya elaboradas 4 • Puede concluir esta tarea con recomendaciones especificas o con amplia– ción de las informaciones disponibles. Es procedente exa– minar retrospectivamente algunos casos ya resueltos, cuando sirven para iluminar nuevas situaciones, pero lo más usual es enfrentarse al examen prospectivo de situa– ciones conflictivas. En muchos casos éstas se resolverán mediante una adecuada reevaluación de los fundamen– tos técnicos; en otros demandarán apoyo emocional para quienes toman decisiones. Al respecto, es obvio advertir que no compete a ningún comité ~mplazar a los profe– sionales responsables ni tampoco asumir su enjuiciamien– to o defensa. Tampoco debieran tener la misión de inci– dir sobre materias administrativas o económicas, para lo cual existen organismos competentes, excepto en aque– llos aspectos que involucren decisiones éticas. 4 Puede considerarse como "caso" un conjunto particular. de cir– cunstancias expresado en términos de personas, acciones, situación y relaciones. En la casuística clásica se hablaba de máximas, elementos nucleares que describen, y circunstancias, lo que rodea a éstos. La pon– deración prudente de unos y otras es fruto de destreza, a menudo auxi– liada por ejemplos o paradigmas que ayudan a la reflexión. Como metó– dica que disciplina la inteligencia de los problemas, la casuística ofrece riqueza descriptiva y pragmatismo. TIene, sin embargo, detractores. 80
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