Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida
pios mismos y es por ello materia de interminable exa– men. La aplicabilidad de los principios y la jerarquía rela– tiva según el caso son materia del diálogo que funda el trabajo de los comités. Justicia Puede imaginarse, como ha hecho Jorge Luis Borges en "La lotería en Babilonia", una sociedad en la cual los be– neficios y las cargas sociales se distribuyeran sólo por azar. No habría influencia de la clase social (o más bien ésta se– ría un azar más), el talento, la riqueza o la experiencia. Tras un velo de ciega determinación, la suerte decidiría quiénes tienen más y quiénes menos. Una reflexión ligada a la justicia señala que los igua– les deben ser tratados igual y los desiguales desigualmen– te. Éste es un principio formal, porque no define en qué con– siste la igualdad ni bajo qué presupuestos debe ser aplicado. Esta asignación de lo igual a lo igual y de lo des– igual a lo desigual es la equidad. Lo que está en juego no es que todos deben recibir lo mismo sino que cada uno debe recibir lo proporcionado a lo que es, a lo que merece, a lo que tiene"derecho". Decimos de un trato que es justo cuan– do es equitativo y merecido. Si ampliamos la reflexión a toda la sociedad, se encuentra el concepto de justicia distributiva, que alude ala distribución ponueraua, equüi'oraua'j apro– piada de los bienes y cargas sociales basada en normas que detallan el sentido y fin de la cooperación social. Bas– taría agregar que estas normas han de ser legítimas para que el problema recaiga en la fuente u origen de la legiti– midad. Otras formas de justicia, como la criminal, orienta– da al castigo de las faltas graves, o la rectificatoria, relacio- 56
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