Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida

liares, no iguales a los de otras, lo que debe considerarse al momento de hacer extrapolaciones y comparaciones. Po– dría argumentarse que en todas las culturas son identifi– cables tales principios, con prioridades y en proporciones diversas según el lugar y la época, de modo que cabe ha– blar de variantes culturales en su aplicación y connotacio– nes. Observaciones sobre el principialismo (o principismo) Con el acento práctico que supone contar con un conjunto de principios reducibles a reglas prácticas y éstas a casos y situaciones, no debe olvidarse que los principios, en cuanto tales, no pueden indicar cuándo se aplican ni cómo se aplican. Son de un nivel intermedio, es decir, se encuentran entre las grandes generalizaciones filosóficas y las reglas de con– ducta, de modo que su interpretación y aplicabilidad de– penden de factores que no se encuentran en ellos mismos. La ventaja que ofrecen es uniformar las bases desde las cuales partir en el análisis de casos concretos. Nunca los "casos" son tan inequívocos como para adaptarse exacta– mente a lo que se supone cubre cada principio. Siempre puede debatirse sobre la exacta significación de uno de– terminado. No obstante, es conveniente su análisis por constituir un considerable avance en aproximar la discu– sión filosófica a las situaciones concretas, lo que no acon– teció con la ética filosófica tradicional, en la que pareció operar el "principio del interés inverso": lo que preocupa– ba a los filósofos no interesaba a la gente común y vicever– sa. Lejanos están los tiempos en que un cómputo simple pueda desembocar en un "algoritmo moral" de infalible eficacia en la resolución de conflictos, aunque algunos con- 49

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