Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida
profesión no se adquiere solamente un conjunto de infor– maciones. Se adquiere un corpus de conocimiento constitui– do por información organizada en torno a algún interés so– cial, que puede ser teórico, estético, altruista o guerrero y puede referirse a la propia persona o a un grupo. Los "pa_ res" se reconocen entre sí, delimitan su grupo de los de "fuera" y, en el caso de las profesiones, buscan convertir el poder que les da su conocimiento experto en autoridad legí– tima avalada por la ley y el Estado. Las formas de diálogo que explícita o implícitamente ha corporizado elmovimiento bioético deben contemplarse también desde esta perspectiva. Los códigos de ética pro– fesional, especialmente en el caso de la medicina, siempre han reglamentado las relaciones entre los expertos y los profanos, pero además las relaciones de los expertos entre sí y con otros expertos. Se trata de relaciones humanas y de poder que deben ser estudiadas y reguladas, pues inci– den de manera significativa en los asuntos prácticos. La concepción económica, cuando prevalece y llega a ser ex– cluyente puede desvirtuar una concepción médica del mismo conjunto de temas o problemas. Una exclusiva aten– ción a los aspectos tecnológicos puede obstruir una correcta comprensión de las implicaciones psicológicas que tienen, por ejemplo, tratamientos en unidades de cuidado inten– sivo o intervenciones quirúrgicas. El contraste y confron– tación de "racionalidades" se ha convertido en un necesa– rio tema de reflexión, que extiende la metódica del diálogo a una zona de mayor complejidad. Si simplificadamente se podía defender un cierto patemalismo beneficente de los médicos para ciertas personas en algunas partes del mundo, hoy tal proceder debe ser examinado con cautela. No solamente por obligaciones y derechos, forma habi- 41
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