Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida
cución de bienes y beneficios. El papel de los comités es restablecer, por vía de la representatividad y la represen– tación, la posibilidad del encuentro "cara a cara" que ca– racteriza a las comunidades pequeñas que parecen com– partir motivos y fundamentos para la vida en común. El comité equivale a una reproducción metafórica de la so– ciedad mayor. Es, si se quiere, una imagen, una suerte de acuario que replica el mar. El manejo de las discrepancias: Asunto de contenidos o de reglas H. TristramEngelhardt es un polémico autor de la bioética estadounidense que representa de modo característico una postura "formalista" o "procedimental" para el manejo del ~cto. - Sostiene que la bioética secular no puede ocuparse de las narrativas fundantes que dan sentido y vitalidad al mito y la creencia. Ellas siempre crearán cofradías de "amigos morales", que justamente basan su amistad en compartir estas historias y sus corolarios, moralejas y sentencias. Mas siempre confrontarán otras cofradías, esta vez de "extra– ños morales", que no compartiendo esas historias y sen– tencias, tendrán distintas perspectivas sobre casi todo tema O asunto relevante. La bioética secular no puede aspirar nada más que a ser una suerte de conjunto de "reglas" para zanjar discrepancias de modo que, respetando las divergencias, se asegure expresión satisfactoria y justa a las distintas comunidades del mosaico social. De allí el carácter "procedimental", no substantivo, de sus "princi– pios", no equiparables a los llamados principios morales de algunas religiones o credos laicos. 37
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