Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida
carácter de "voluntarios" sabiendo de qué se trata, asu– miendo los riesgos y los beneficios eventuales, velando por el respeto a la confidencialidad y la dignidad humana. Además de esos dos tipos de comité pueden formarse otros, con finalidades más o menos específicas y modali– dades de trabajo apropiadas. Lo que está detrás de la formación de comisiones o comités es un principio de necesaria explicitación. Nor– malmente, en cosas substantivas, suelen las personas com– partir creencias y convicciones básicas. Especialmente, las comunidades de creyentes encuentran su fuerza y hasta su razón de ser en normar las actividades y las actitudes de sus miembros, de modo que éstos tienen, ante cada eventual decisión o fuente de conflicto, una respuesta pre– parada o apropiada. Los contenidos pueden ser diversos, pero en general los adherentes a un credo religioso deter– minado saben cómo proceder apropiadamente frente a la sexualidad, a las relaciones interpersonales, a la vida y a la muerte. A menudo, una narrativa fundante les sirve de apoyo, sustento e inspiración y la aplican a los más varia– dos problemas y asuntos de la vida. Compartir conteni– dos e historias es un modo de adquirir identidad y sepa– rarse de otros grupos. Es la base del conocido fenómeno del prejuicio, que fundamenta el conflicto moral en diver– sos ámbitos de la vida contemporánea. Numerosas son las dificultades para arribar a consensos, al punto que, sostie– nen algunos, tales consensos o preexisten o forman sim– plemente equilibrios de frágil contextura, que se rompe– rán ante la menor presión. Las sociedades semejan así, como ya advertíamos, mosaicos de grupos humanos que al perfilar sus identida– des, necesariamente enfrentan a otros grupos, en la conse- 36
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