Bioética: el diálogo moral en las ciencias de la vida
científica. Como fenómeno social es interesante. Pero más interesante aún es como probable explicación para la rápi– da expansión y aceptación del movimiento de ética global ~ bioética- que tiene el diálogo entre expertos y profa– nos como característica central. Este diálogo expandido puede ilustrarse con el caso del comité de Seattle que he– mos mencionado antes. Lo sorprendente de ese caso es que se permitiera a personas sin versación médica inter– venir en una decisión que involucraba el empleo de tecno– logías médicas. Evidentemente, sus juicios no se basaban en datos o antecedentes clínicos, sino justamente en aque– llos que no lo eran: en la situación familiar de cada perso– na, en su edad, en el número de allegados, en la posición social en la comunidad, y multitud de otros factores que operan, explícita o implícitamente, en el uso social de las temologías. Ni siquiera en aquellos regímenes que invo– can el igualitarismo, dejan las elites políticas, económicas o sociales de pesar sobre la toma de decisiones. El diálogo ha encontrado expresiones institucionales de diverso tipo. Tal vez las más familiares puedan descri– birse en términos de grupos de personas que forman co– mités o comisiones. El comité o comisión de ética en un hospital moderno es un conjunto de personas, no solamen– te médicos, que consideran caso a caso el tipo de medidas adoptadas en relación a un determinado enfermo, su per– tinencia en términos de equidad y justicia, su adecuación al estado del arte, los daños y beneficios que derivaron o podrfan derivar de una intervención diagnóstica o curati– va, el respeto a los derechos y la dignidad de las personas. El comité de investigación en una institución dedicada a la ciencia y la tecnología supervisa que se empleen proce– dimientos adecuados para que las personas adopten el 35
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