Proposiciones para una teoría de la medicina
NOTAS 'Para una ampliación de este argumento, véase Luhmann (1980). 2Tomo el término de Latour (1987). Se entiende que nos referimos a un producto específico, tal y como él se presenta en sus modos de producción y productos, no a las exposiciones didácticas habituales, que presentan a la ciencia como una "aventura del pensamiento". 'Hemos presentado antes la tesis de que así como se distingue los "contextos" del descubrimiento y de la justificación en la ciencia, debiera distinguirse el contexto de la comunicación. El concepto alude a la retórica propia de distintas disciplinas, y permitiría una tipificación de éstas basada en su comportamiento frente al producto escrito y a los modos de su generación (véase Lolas, 1980). 4Un buen ejemplo lo constituye el electroencefalograma humano. El psi– quiatra de Jena Hans Berger publicó numerosos trabajos demostrando la existen– cia de actividad eléctrica en el cerebro humano, observada en animales en 1875 mediante un procedimiento algo diferente. Sus observaciones no fueron plena– mente aceptadas por la "comunidad científica" hasta que el fisiólogo inglés Lord Adrian las apoyó (véase Lolas, 1983). Acerca de la vaguedad del término "conocimiento aceptado", véase Latour (1987). 'Es un mérito del "sistemismo" el haber destacado la importancia de las relaciones "entre" elementos. Aunque ha constituido un saludable antídoto a las exageraciones de la objetividad positivista no debieran sus cultores, sin embar– go, seguir pregonando su "novedad revolucionaria". 6Estas consideraciones son relevantes en los países del Tercer Mundo, especialmente en Latinoamérica, por la dimensión reducida de las elites intelec– tuales y su constante tentación a asumir un omnímodo liderazgo político y social. Muchas versiones de la tesis de la "ciencia comprometida" con la realidad nacional tienen en esta difusión de límites su origen. Debiéramos preguntarnos si los criterios que empleamos para definir profesiones no necesi– tarían de una adecuación a nuestra circunstancia. 7Las formas de racionalidad interesada son múltiples (Price de Solla, 85
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