Proposiciones para una teoría de la medicina
disciplinas, son distintos, pues sus connotaciones, los contextos en que se los emplea y las finalidades de su uso, también lo son. La célula del citólogo no es la misma del médico. Existe en un espacio semántico que no incluye, por ejemplo, las inversiones familiares. En cambio, la célula del médico puede asociarse con la muerte del jefe de una poderosa compañía. No hay "razón pura" en la profesión médica. Sus razones son "impuras" por estar contaminadas de muchos intereses. Esto no es paradójico. En realidad, es trivial, y contribuye a explicar la sorprendente fortaleza de los folclores médicos, y muchos éxitos y fracasos que no entendemos. Como oficio de ayuda, la medicina es siempre producto de una competencia personal. En el encuentro interhumano en– cuentra su praxis, su fundamento nuclear. Pero encuentro inter– humano es algo más que "relación médico-paciente"; este "objeto" desfigura artificialmente las relaciones sociales. Ha sido mal usado como argumento protector de los fueros de la profesión médica sin una elaboración adecuada. La polisemia de los objetos médicos hace ilusoria toda díada insular. Hoy, por lo menos es una multíada la que crea, destruye y recrea la medicina. Como instrumento conceptual fue y es útil para presentar procesos que merecen ser descritos y explicados. Como coto cerrado, sancta sanctorum profesional, no tiene justificación. Sin superar la etapa de pomposas declaraciones de "humanidad", el discurso convencional sigue repitiendo trivia– lidades indignas del estado del arte. Su mantención contribuye a la ideología tradicional de la profesión médica y consolida el individualismo biologizante que la ha caracterizad0 21 . 63
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