Proposiciones para una teoría de la medicina

cas, las entidades mórbidas de una nosología, la idea de salud. y hay aún otros objetos creados por la medicina: intereses, relaciones humanas. Hemos visto que el diagnóstico crea una cascada de hechos, algunos tan próximos al cuerpo como una infección o un tumor, otros remotos como la reacción de otras personas y algunos tan lejanos como el proyecto de vida. Esos son objetos ofrecidos por la medicina en un paquete compacto. Los objetos "entidades mórbidas", en cuya detección e identifi– cación se basa el diagnóstico, tienen contenido simbólico e internacional. Significan algo y "le" significan algo a las perso– nas. Una palabra -por ejemplo, cáncer- se carga de connota– ciones, reformula relaciones sociales, termina otras, significa exploraciones instrumentales, células dañadas, sangre disemi– nadora. Los objetos de la medicina, como los de la ciencia, son "cajas negras". Operamos con ellos, los combinamos, los pone– mos a funcionar como palabras clave. Se configuran en base a distintas racionalidades: una racionalidad instrumental, por un lado, que define lo que biológicamente es, una racionalidad psicológica, por otro, sumatoria de las reacciones a la comuni– cación, una racionalidad social, que alude a los intercambios entre personas. La medicina no es esos objetos. La medicina es el modo o la praxis que los configura en una sociedad determinada. Es la acción objetivadora, generadora de objetos, en consonancia con otras esferas de la cultura, en el plexo de intereses carac– terístico de ella, de una clase social, de un grado de desarrollo instrumental. Así puede entenderse por qué, en tanto praxis, es compara– ble la actividad del medicine-man y la del especialista de Nueva York. Ambos, cada uno con sus recursos, construye objetos para dar cuenta del sufrimiento y del menoscabo de otras perso– nas. Estos objetos incluyen, en un plexo semiótico, causas, 57

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