Proposiciones para una teoría de la medicina

les. No lo es en la negación del substrato racional de la práctica y de lo beneficioso de distanciarlas de toda ideología explícita, no basta con condenar excesos o repetir preceptivas cuando se requiere acciones concretas, no precisamente aquellas que sólo desarticulan la tradición. INVARIANTES DE LA MEDICINA: INTRÍNSECAS y EXTRÍNSECAS Las metáforas de la razón médica son muchas y variadas (Lolas, 1989b). Son propias del país, de la circunstancia, de la época. Mutan de acuerdo a los movimientos del cuerpo social, a los progresos y retrocesos de las ciencias y de las artes. Son objeto de crítica, examen, aprobación e indiferencia. Mas la medicina, como pocas otras técnicas, no está nunca ausente de los asuntos humanos. Arraiga en constantes antropológicas tan esenciales que puede decirse que la relevancia antropológica del arte de sanar precede a toda profesionalización y todo oficio. Las metáforas de la razón médica son ideas modélicas que de su objeto y de sí mismos tienen quienes practican la medici– na. El concepto de sí mismo es un constituyente de las profesio– nes, y aun de la idea de profesional (Moline, 1986). Difiere a veces de lo que esperan los no profesionales. En el caso de la medicina, esto es patente en los últimos decenios. Mientras el progreso médico se ha basado en los dicterios de su propia racionalidad instrumental, en una evolución tecnocrática y tec– nocratizante, los deseos y expectativas de los usuarios de la medicina han evolucionado a veces en direcciones distintas. No se trata de repetir manidos argumentos sobre la deshumaniza– ción de la medicina, ni la consabida queja de no considerar al hombre como "cuerpo y alma". Se trata de examinar demandas, costos, equidad, justicia, beneficencia como lo que son: valores 34

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