Proposiciones para una teoría de la medicina
La verdadera salud no es una cosa sino un proceso. Como tal, experimenta mutaciones, retrocesos, avances. Cambia siempre. Curar con arreglo a un arte que no echa raíces en las convicciones y ritos personales, no significa aún sanar. Signifi– ca, tan sólo, ser exitoso en los términos de ese arte. De todas las disciplinas médicas, tal vez sea la psiquiatría la que más experimenta las influencias formadoras de lo histórico y de lo dialéctico. En ninguna otra, como en ella, se da con mayor nitidez la distancia entre curar y sanar. Ninguna está más expuesta, para bien o para mal, a las ideologías que, como sistemas formales o informales de creencias, nos permiten cons– truir la realidad; y a nosotros con ella. Es para la psiquiatría por tanto de singular interés reflexionar sobre la oposición entre curar y sanar, que es la oposición entre la teoría y el hombre, entre la enfermedad abstracta y la persona concreta. Tan importante es saber qué enfermedad tiene una persona como qué persona tiene una enfermedad. 213
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