Proposiciones para una teoría de la medicina
que los acontecimientos vitales causan depresión y que ésta da origen al trastorno orgánico. Evidentemente, hay que tomar en cuenta el apoyo social, los recursos defensivos y la persona– lidad. Obsérvese que el hecho de obtener correlaciones entre los cuestionarios de acontecimientos vitales y otros (estilo de co– ping, tendencia al rol de enfermo, etc.), puede no deberse a la asociación entre las variables medidas, sino al modo en el que determinados grupos de sujetos llenan los cuestionarios. Esta dependencia muestral indica la importancia de los factores esta– bles disposicionales. La independencia conceptual y la validez discriminante de los acontecimientos vs. los estilos vitales inductores de estrés, ha sido examinada por Behling y McFillen (1983), quienes proponen que se relacionan en cuatro formas: a) efectos inde– pendientes (estilos y acontecimientos) pero complementarios sobre la enfermedad; b) efectos independientes, no comple– mentarios; c) efectos antecedentes (o causales) de estilo vital (con tendencia a ciertos acontecimientos vitales); d) efectos moderadores del estilo vital (que modifican los acontecimientos vitales). Estos autores encuentran que los puntajes en el Jenkins Activity Survey, que mide la conducta tipo A, y la Escala de Cambios Vitales Recientes, están correlacionados. Ello puede deberse a una vinculación conceptual, a una comunidad de dominios investigados por ambos instrumentos, o a un artificio debido a la formulación de las preguntas. Es evidente que la separación entre persona y situación es sólo analítica y que precisamos de instrumentos más sensibles para tratar las interacciones. Por último, de lo que se trata es de identificar la contribución de ambos factores (persona y situación) a la especificidad. 198
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