Proposiciones para una teoría de la medicina
b) Desigualdad de acceso a los recursos, con lo que suelen vulnerarse principios de equidad y de justicia; c) Reforzamiento de la asimetría experto-profano, por el saber especializado que el primero maneja, con el riesgo de vulnerar la autonomía y la integridad del segundo; d) Mal uso, o uso inadecuado y excesivo, por ideología o ignorancia de parte de los expertos; e) Uso exagerado e innecesario por necesidad pecuniaria o comercialización debida a los costos del equipo; f) Proletarización del trabajo médico, que se hace depen– diente de consorcios o empresas capaces de disponer del instru– mental; g) Umbral de decisión médico-técnica disociado de la vida corriente y de los usuarios (juror diagnosticus y furor therapeu– ticus), con desprecio del significado de las acciones preventi– vas, diagnósticas y curativas para el sujeto individual. Eventualmente, estas consecuencias repercuten en la calidad de vida, determinada en parte por la distancia entre las expecta– tivas y los resultados: la distancia entre healing y curing. A veces un paciente "curado" desde el punto de vista técnico, no se siente "sano" en lo personal (Lolas, 1988c) (Medicus curat, Natura sanat). Esto no sólo tiene que ver con distintas "rotulaciones" de enfermedad: la del paciente, la del experto y la de la sociedad (illness, disease y sickness) (Lolas, 1988b). También con el hecho de que salud y enfermedad no son conceptualmente "objetos" como los de la racionalidad de las ciencias "de objeto", sino construcciones procesuales en la vida de las personas, ancladas en rituales y valores sancionados por la cultura. La dificultad para definir el bienestar es ya una indicación de que no basta considerar la salud como un "producto" sino más bien como una construcción personal. 149
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